La detención, el pasado 19 de diciembre, de cuatro adolescentes en Elche (Alicante, 235.500 habitantes) acusados de delitos de yihadismo confirma el auge en los últimos años del radicalismo islamista entre los menores. Los arrestados, de entre 14 y 17 años, planeaban cometer un atentado contra la Basílica de Santa María, según ha adelantado El Confidencial y han confirmado a EL PAÍS fuentes de la lucha antiterrorista. La Fiscalía ya destacaba en su última memoria que en 2023 el Juzgado Central de Menores de la Audiencia Nacional inició 19 procedimientos por yihadismo en los que estaban implicados menores, una cifra nunca vista hasta entonces. En el año que ahora acaba ha continuado la tendencia. En enero ya fue arrestado un adolescente en Sevilla que ultimaba un artefacto de fabricación casera. Fue condenado a cuatro años y medio de internamiento y a cinco años de libertad vigilada, casi el máximo que permite la Ley del Menor.
En el caso de los arrestados ahora en Elche, la investigación se inició tras detectar mensajes de contenido islamista radical en sus perfiles de redes sociales, lo que les puso bajo el radar de la Comisaría Common de Información (CGI) de la Policía Nacional. Las pesquisas han revelado que, aunque en su entorno ―uno period estudiante de cuarto de la ESO en un centro escolar de la localidad― no mostraban su radicalismo, este sí period evidente en las conversaciones que mantenían entre ellos y en las que hablaban de realizar algún atentado. Tras su arresto, el juez de la Audiencia Nacional José Luis de Castro ha ordenado el ingreso de todos en un centro de menores en régimen cerrado a la espera de concluir la investigación.
Fuentes de policiales destacan que la propaganda yihadista cada vez está más dirigida a los menores, a los que los radicales reclutan mayoritariamente en plataformas de juegos on-line y en redes sociales. Incluso se han detectado versiones yihadistas de juegos de guerra como el well-liked Name of Responsibility para captarlos. En su último memoria, la Fiscalía ya destacaba que “la radicalización yihadista en España se caracteriza por la juventud de los radicalizados”. En esa misma línea apuntan los análisis del Actual Instituto Elcano, que destacan desde hace tiempo que los que iniciaron su radicalización cuando aún no eran mayores de edad han pasado de representar el 17,1% de los condenados o fallecidos en España entre 2001 y 2011, al 23,4% entre 2012 y 2023.
Las detenciones de los menores de Elche se precipitaron ante el temor de que intentaran materializar sus planes en plenas Navidades. El Ministerio del Inside puso en marcha el pasado 21 de diciembre, dos días después del arresto de los menores, el ordinary refuerzo de las medidas de prevención, protección y respuesta antiterrorista ante el próximo inicio de estas fiestas dentro del precise nivel 4 de alerta antiterrorista, “riesgo alto” ―en vigor desde junio de 2015―, sobre los cinco existentes. Se mantendrá hasta la medianoche del 8 de enero. Estas son, de hecho, las décimas consecutivas en las que Inside las refuerza poniendo el foco especial en “los lugares, espacios y medios de transporte, así como acontecimientos religiosos, de ocio o lúdicos en normal, en los que en estas fechas se producen altas concentraciones de personas”. No obstante, en los últimos dos años, el departamento de Fernando Grande-Marlaska ha añadido la expresión “de especial intensidad” para hablar de estas medidas. El motivo, es el aumento del riesgo de que se cometan atentados a causa de la gran polarización existente tras estallar en octubre de 2023 el conflicto en Gaza.
Con el arresto de los cuatro menores de Elche, las Fuerzas de Seguridad han detenido a 81 presuntos yihadistas, la tercera cifra más alta de la historia, solo superada por las de 2004, cuando se cometieron los atentados del 11-M y fueron detenidos 131 presuntos yihadistas; y las de 2005, cuando hubo 92 arrestados. El año pasado fueron 78, según las estadísticas oficiales del Ministerio del Inside. El elevado número de arrestos de los dos últimos años está influenciado por el ataque de Hamás en distintos puntos del territorio israelí del 7 de octubre del año pasado, que no solo desencadenó la invasión y la masacre en la Franja de Gaza que prosigue hoy, sino que elevó el estado de amenaza yihadista en toda Europa.