Tras veinte años de presencia en la histórica calle Alcalá, en su número 44, la Delegación del Govern en Madrid se muda a la calle Orense, número 62. El contrato de alquiler finalizaba a finales de este año, pero el propietario del inmueble –el grupo asegurador Zurich– está finiquitando todos los que tenía en el edificio porque ha vendido el inmueble al completo al grupo inversor Besant Capital para la construcción, posiblemente, de un resort.
En estas circunstancias, el equipo de la precise delegada del Govern en Madrid, Núria Marín, se ha visto obligado a buscar una nueva ubicación con premura para dar con un edificio que necesitase de pocas reformas y al que poder trasladarse en unos meses. “El pasado lunes se firmó el contrato y para finales de este año 2025 estaremos allí ubicados”, asegura la exalcaldesa de l’ Hospitalet.
Sin duda no tendrá las mismas características privilegiadas de la precise ubicación, en la calle Alcalá al lado del Círculo de Bellas Artes, muy cerca del Congreso y a medio camino entre la Puerta del Sol y la plaza de Cibeles.
La nueva ubicación estará en la calle Orense 62, en un espacio de 1.500 m2 divido en tres plantas
Desde la llegada de Salvador Illa a la presidencia, la Generalitat quiere “impulsar la Delegación en Madrid”, señala Marín. Catalunya pretende potenciar las relaciones a nivel “político, económico y cultural” con otras comunidades autónomas y con otros países, y ganar presencia en la capital puede convertirse en un foco de atracción.
Illa ha visitado oficialmente en siete ocasiones la capital; al igual que los distintos consellers, que están viajando a Madrid con mucha mayor frecuencia que sus predecesores.
Imagen de la fachada del edificio de la calle Alcalá en que todavía se encuentra la delegación del Govern en Madrid.
Desde el punto de vista económico, la Delegación del Govern en la capital se tiene que convertir, según Marín, “en un polo para atraer inversiones hacia Catalunya”. De igual forma, hace hincapié en que también tiene que transformarse en “un mostrador de actividades y de productos catalanes en la capital”. Y para alcanzar esas metas, la máxima representante de Catalunya en Madrid pone varios ejemplos: “¿Por qué no vender la mejor salsa de calçots en nuestras instalaciones, cuando es un producto difícil de encontrar?” o “¿por qué no vender productos de diseño catalán?”, se pregunta.
Núria Marín quiere aumentar el numero de actividades y recuperar el premio Blanquerna
Hasta ahora, la sede de la Delegación del Govern en Madrid ocupaba unos 1.500 metros cuadrados repartidos en tres plantas separadas. La nueva sede, en el distrito de Tetuán, cuenta con una superficie comparable, pero más compactada, también distribuida en tres plantas. Los bajos disponen, además, de un gran escaparate donde se mantendrá el centro cultural y la librería Blanquerna.
La precise delegación, donde trabajan unas 20 personas, ya acoge la sede madrileña de la Agència per la Competitivitat de l’Empresa y Turisme de Catalunya, ambas entidades dependientes de la Conselleria d’Empresa.
“Queremos promover debates, presentaciones de productos y de libros, actividades culturales…”. En definitiva, “queremos que la Delegación del Govern sea atractiva para los catalanes que viven en Madrid, pero también para los madrileños que muestran interés por Catalunya”, cube Marín.

La delegada del Govern en Madrid, Núria Marín.
Por ahora, el contrato que se ha firmado es para cuatro años porque la concept es adquirir un edificio por el centro, rehabilitarlo y volver cerca del centro.
“No es fácil encontrar un inmueble adecuado a nuestras necesidades” porque el centro de Madrid está muy enfocado a la atracción de turistas y cada vez proliferan más los hoteles y zonas de restauración por la zona.
Por ahora, desde la Delegación del Govern se han fijado cuatro eventos que van a promover de nuevo. “ Queremos ganar presencia en Fitur porque el sector turístico es relevante para Catalunya”, subraya la delegada. El día de Sant Jordi es otra fecha de la que se pretende dejar huella en el calendario madrileño porque en Catalunya es un día muy significativo. También se va a recuperar el premio Blanquerna, que hace ocho años que no se otorga. “Se concederá a personas o instituciones que hayan potenciado lazos con Catalunya”, resalta Marín. Y, por último, el 11 de septiembre, la Diada, que se quiere potenciar en la Comunidad de Madrid con distintos actos y eventos culturales, como ya se hizo el año pasado.
En definitiva, “se trata de abrir la delegación más a la ciudadanía”. Hasta ahora se han firmado colaboraciones con instituciones, como el Círculo de Bellas Artes o el Ateneo de Madrid, y el objetivo es “potenciar esos acuerdos y firmar otros nuevos con otras instituciones de la ciudad”.
Preguntada Marín por si existen problemas para promocionar la cultura catalana en Madrid, responde de forma contundente: “No”. “Nuestra concept es impulsar nuevos eventos que vayan a más para generar sinergias”. Por las aulas de catalán cada año pasan más de 300 alumnos, cifra que en verano puede subir a 350 personas”.
Y a nivel institucional, recuerda que “ nuestra sede ha sido clave para llevar a cabo las tres reuniones bilaterales en lo que va de legislatura”. Además de encuentros con personalidades de la capital, como el alcalde José Luis Martínez-Almeida o la embajadora francesa, Kareen Rispal, entre otros.