Son 2.066 millones pero serán muchos más. Las indemnizaciones que acabarán pagando por la dana del pasado octubre ya son las más altas jamás registradas por una catástrofe en España. El proceso de reclamaciones sigue abierto y todavía hay 239.352 solicitudes en trámite, por lo que se estima que la cantidad remaining supere los 3.500 millones y ronde los 4.000. Es una cifra extraordinaria. Es tan alta que supera el importe de todas las indemnizaciones por inundación y tormenta de los últimos 10 años juntos.
A punto de cumplirse cuatro meses desde la tragedia, la dana de Valencia es el siniestro más caro de la historia reciente de España y consumirá entre el 35 y el 40% del fondo reservado para este tipo de sucesos, que en la actualidad ronda los 10.000 millones, según un análisis de ‘La Vanguardia’ a partir de datos del Consorcio de Compensación de Seguros (CCS). En un contexto de cambio climático, donde los fenómenos meteorológicos extremos como este son más frecuentes y virulentos, los expertos advierten que otra dana podría hacer flaquear el sistema de seguros ante catástrofes de España, uno de los más garantistas del mundo.
Al contrario de lo que ocurre en otros países, España cuenta con el Consorcio de Compensación de Seguros, una entidad pública que actúa como un salvavidas financiero ante sucesos extraordinarios como terremotos, erupciones, inundaciones o actos terroristas, entre otros supuestos. Dispone de un presupuesto que se alimenta cada año con las primas de todos los asegurados, independientemente de donde residan. Y en el caso de que se agotara el presupuesto, es el Estado el que respondería de forma subsidiaria.
Esto lo convierte en un organismo prácticamente único en Europa ya que está basado en el principio de mutualidad. Paga la misma cuota una vivienda situada en el corazón de la zona inundable que una situada en una zona exenta de riesgo. Si la dana hubiera ocurrido en Miami (Florida), buena parte de los afectados quedarían desprotegidos porque las aseguradoras estadounidenses no están dispuestas a cubrir bienes ubicados en zonas inundables. Lo mismo ocurrió en los recientes incendios de Los Ángeles (California): muchas familias lo perdieron todo porque sus seguros no protegían viviendas construidas en zonas con riesgo de incendio.
El aumento de primas de los seguros será a corto plazo uno de los efectos de la disaster climática”
En España no es así. Aquí todos los asegurados pagan la misma cuota al Consorcio, residan donde residan: 2 euros al año por un coche o 7 por cada 100.000 euros asegurados en vivienda. Es el mismo importe en Paiporta que en Lleida, Oviedo o Madrid.
Para los expertos, ni siquiera el sistema de protección español se encuentra a salvo. “Imagínate dos o tres eventos consecutivos, al remaining el fondo se agota y vamos a tener que pagar más para vivir en escenarios con muchos más peligros”, explica Abel López, investigador en la Universidad de la Laguna, Tenerife, experto en riesgos y adaptación al cambio climático.
Desde el Ministerio de Economía, insisten que el Consorcio goza de buena salud. Las cuotas de los asegurados durante siete décadas hacen que hoy la reserva disponga de un cojín de más de 10.000 millones de euros —9.938,6 según el último presupuesto cerrado de 2023—. Los 3.500 millones de la dana son completamente extraordinarios.
Desde 1971 las indemnizaciones por catástrofe han sido menores que los ingresos por las primas en casi todos los años. El Ministerio subraya que el fondo sigue siendo amplio y se nutre año tras año. Jamás en los 70 años de historia de la entidad había ocurrido algo así. Las cuentas se consideran tan estables que en los últimos años la cuota del Consorcio en cada seguro se ha bajado hasta en dos ocasiones.
La reserva de estabilización cuenta con un cojín de más de 10.000 millones de euros
A pesar de que el Ministerio de Economía descarta subir las primas para el Consorcio, desde el sector de las aseguradoras apuntan hacia esta dirección: “Tras la dana y sus consecuencias económicas, vemos lógico que se reabra la conversación sobre el cálculo de la prima del Consorcio”, explica Javier Domínguez, de Marsh Mc Lennan, empresa líder en seguros y consultoría.
Independientemente si el siniestro es consorciable o no, Domínguez considera que el aumento de primas de los seguros será a corto plazo uno de los efectos de la disaster climática. Tanto aseguradoras como científicos coinciden que la estrategia a largo plazo debe abarcar otras medidas. “Para no pagar más, hay que apostar por espacios urbanos preparados para impactos de eventos extremos con actuaciones de prevención de alto riesgo”, defiende Abel López.
La dana del pasado octubre ha marcado un antes y un después en la historia de los seguros en España, no solo por el volumen de indemnizaciones, sino por el interrogante que deja sobre la sostenibilidad del sistema en un escenario de disaster climática. Con fenómenos cada vez más extremos y recurrentes, trabajar en mecanismos de prevención es imprescindible. Mientras, el coste de la inacción ante el cambio climático ya se mide en miles de millones.
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