La Audiencia de Barcelona ha revocado el archivo de una querella de la entidad extremely de Hazte Oír contra la revista Mongolia. El motivo: una portada satírica de diciembre de 2022 en la que aparecía un belén con un excremento, motivo por el que la entidad ultracatólica se querelló por “ofender los sentimientos religiosos”. La Audiencia ha ordenado la imputación de sus editores: Pere Rusiñol, Darío Adanti y Fernando Luis Carballo, por un presunto delito contra los sentimientos religiosos. Se trata de la segunda imputación de los responsables por la misma portada, después de que en enero de 2024 el Juzgado de Instrucción 12 de Barcelona acordara el sobreseimiento de la causa que abrió a raíz de otra denuncia de Manos Limpias.
El auto emitido por el tribunal de la sección segunda de la Audiencia de Barcelona, constituido por los magistrados María Carmen Hita, Begoña Sos y José Carlos Iglesias, rechaza que sea “palmaria” la ausencia de delito en la sátira, a diferencia de la tesis de la Fiscalía y la jueza de Mataró, que en abril de 2023 inadmitió a trámite la querella de Hazte Oír, una decisión contra la que la entidad ultracatólica interpuso un recurso de apelación.
A pesar de que la jueza de Mataró y la Fiscalía ponderaron entonces en favor de la libertad de expresión y negaron la ofensa religiosa, la Audiencia Provincial considera que los responsables de la publicación deben declarar como imputados para aclarar si el móvil de la publicación period ofender o no a la comunidad católica. En la querella, Hazte Oír argumentó que la voluntad de escarnio quedó “suficientemente acreditada” y que utilizar una “mierda con una sonrisa en sustitución del niño Jesús en un belén navideño cumple con el tipo penal”.
Ante la imprecación pública que en diciembre de 2022 hizo el dirigente de Vox Jorge Buxadé llamando a la acción contra Mongolia, hasta cuatro organizaciones ultracatólicas se querellaron contra Mongolia. Estas fueron: la asociación ultraconservadora Abogados Cristianos, Manos Limpias, Hazte Oír y una organización carlista bautizada como Comunidad Tradicionalista. Llegaron a querellarse hasta tres veces en un mismo año, aludiendo que la publicación cometió un presunto delito contra los sentimientos religiosos. Fue por la misma portada, que consideraron que reflejaba una “vejación y un escarnio de Dios”, según el auto al que ha tenido acceso EL PAÍS.
La jueza de Mataró concluyó que la portada estaba amparada por la libertad de expresión, un derecho elementary. Tras los continuados archivos, la Audiencia de Barcelona ha decidido reabrir la última querella y los imputados deberán declarar el próximo 25 de junio.
Mongolia considera que la “extraña” reapertura de una causa, que ha sido archivada hasta tres veces, muestra “hasta qué punto es necesario un proyecto satírico nacido con el objetivo de ensanchar los márgenes de la libertad de expresión en España en un momento de claro retroceso como consecuencia del auge del matonismo judicial ultracatólico”.
Los responsables de la publicación aseguran que “en lugar de agachar la cabeza, Mongolia responderá”. Y lo hará iniciando una campaña pública de micromecenazgo para involucrar a los seguidores de la revista en su defensa en los tribunales. El cometido lo asumirá el letrado José Luis Mazón. “El objetivo es reforzar reforzar el proyecto por mucho que molestes a los reaccionarios”, afirma el comunicado.
Los editores de Mongolia han anunciado que esta campaña, que consistirá en producir podcasts con entrevistas a fondo, servirá para desentrañar lo que han catalogado como “matonismo judicial ultracatólico”. “Arrojaremos luz sobre estas opacas fuerzas de choque del nacionalcatolicismo de nuestros días, tan bien conectadas con la alta judicatura”, concluye.