La actividad del sector manufacturero de España volvió a cobrar impulso durante el pasado mes de diciembre, según el índice adelantado PMI, que subió hasta los 53,3 puntos desde los 53,1 del mes anterior, acercándose así al nivel máximo de 32 meses registrado en octubre. Además, el indicador amplía a 11 meses la secuencia expansiva que se produce cuando se sitúa por encima de los 50.0 puntos, el nivel que separa el crecimiento de la contracción. “La economía manufacturera española cerró 2024 de forma positiva”, destacan los editores del PMI, subrayando una expansión más rápida de la producción y de los nuevos pedidos, mientras que las presiones en la capacidad permitieron un nuevo crecimiento del empleo. “Las empresas reforzaron su actividad de compra en respuesta a unas mayores necesidades de producción. El optimismo sobre el futuro también mejoró”, precisan.
El índice PMI, que se publica desde 1998, es un indicador adelantado elaborado por la firma S&P World a partir de las encuestas a responsables de compras en un panel de alrededor de 400 empresas industriales. Las respuestas a la encuesta muestran la dirección del cambio en comparación con el mes anterior. Una lectura superior a 50 indica un aumento de la percepción common en comparación con el mes anterior y una lectura inferior a 50 indica una disminución en common.
El índice, uno de los mejores termómetros para anticipar cambios en el ciclo económico, también analiza la evolución de los precios, las presiones inflacionistas se mantuvieron moderadas en common, aunque los precios de los insumos aumentaron en mayor medida, a pesar de lo cual la inflación de los costes se mantuvo muy por debajo de los niveles observados desde la pandemia, mientras que los precios cobrados disminuyeron por cuarto mes consecutivo.
“España muestra resiliencia frente a la debilidad europea en el sector manufacturero”, destaca Jonas Feldhusen, economista junior de Hamburg Business Financial institution, señalando que, mientras otros países europeos se enfrentan a las graves consecuencias de la disaster, como despidos masivos, cierres de fábricas y un colapso de las inversiones, España disfruta un crecimiento en su sector manufacturero.
“Este hecho se puede atribuir a su amplio suministro de energía y a su relativamente baja dependencia de las exportaciones de China”, apunta el experto, para quien las perspectivas “siguen siendo muy interesantes” dado el optimismo que muestran las empresas industriales españolas.
Sin embargo, Feldhusen advierte de que se espera que en 2025 persista la debilidad en Europa, el mercado de ventas más importante, mientras que los esperados aranceles por parte de la nueva Administración estadounidense causarán perturbaciones a nivel mundial. “Aunque los exportadores españoles dependen menos de las exportaciones a Estados Unidos que otros países europeos, una desaceleración del comercio mundial aún podría tener consecuencias negativas para ellos”, concluye.
La actividad de las fábricas de la zona euro volvió a deteriorarse en diciembre, según el índice PMI, que se situó en 45,1 puntos, frente a los 45,2 del mes anterior, lo que supone la peor lectura del dato en los tres últimos meses, con una fuerte divergencia entre países, destacando las mejoras en España y Grecia, en contraste con el empeoramiento observado en Alemania, Francia e Italia.
Con la nueva caída en diciembre, el PMI manufacturero de la zona euro amplía a dos años y medio la precise secuencia de contracción de la actividad en el sector, después del empeoramiento registrado tanto en los nuevos pedidos como en la producción, mientras que también se produjeron fuertes reducciones en la actividad de compra y en los shares de insumos.
De su lado, los niveles de empleo en las fábricas de la eurozona también continuaron una tendencia a la baja, aunque se observó una modesta mejora en la confianza empresarial, ya que las expectativas de crecimiento alcanzaron su máxima de cuatro meses.
Entre los países analizados, más allá del desempeño del sector manufacturero de España, por delante de Grecia (53,2), el resto de economías se encontraban en territorio contractivo, con caídas en las tres mayores economías del euro: Francia (41,9); Alemania (42,5); e Italia (46,2).
“Los nuevos pedidos han caído incluso más que en los dos meses anteriores, abatiendo cualquier esperanza de una recuperación rápida”, ha señalado Cyrus de la Rubia, economista jefe de Hamburg Business Financial institution, para quien se observará una señal de recuperación del sector cuando las empresas comiencen a hacer acopio de inventarios de bienes intermedios, algo que no se vio en diciembre.
“Dentro de la zona euro, España está haciendo lo suyo”, ha destacado el experto, señalando que el sector manufacturero español siguió expandiéndose vigorosamente a finales de año, mientras que los tres grandes países de la zona euro, que son los tres principales destinos de las exportaciones españolas, están estancados en una recesión industrial.
En este sentido, ha apuntado que España tiene la ventaja de estar menos expuesta a China, donde solo se destina el 2% de sus exportaciones, mientras que los menores costes energéticos también han ayudado a España a capear mejor la disaster. “No obstante, España, que representa solo alrededor del 12% del PIB de la zona euro, no podrá hacer por sí sola que toda la economía de la zona euro se recupere”, ha apostillado.
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