Varias investigaciones concluyen que la inteligencia artificial (IA) ya ha superado a los humanos en algunas tareas. El Informe del Índice de Inteligencia Artificial 2024, publicado por la Universidad de Stanford, asegura que esta tecnología ya es mejor en la clasificación de imágenes, el razonamiento visible y la comprensión del inglés. Sin embargo, de momento se queda atrás en tareas más complejas como matemáticas de nivel avanzado, razonamiento visible de sentido común y planificación.
Para Kilnam Chon, “la inteligencia synthetic será más inteligente que nosotros en 10, 20 o, como mucho, 30 años”. Este informático de 81 años, conocido como el padre de web en Corea, advierte de las consecuencias comparando a los humanos con los monos: “Podemos controlar a los monos, pero ellos no pueden controlarnos a nosotros. Si la IA se vuelve más inteligente, se convertirá en el ser humano y nosotros nos convertiremos en el mono. Nos controlará ella a los humanos y no nosotros a ella”.
Si la IA va camino de ser más inteligente que los humanos, ¿se debería frenar su desarrollo? Chon recuerda que en 2023 hubo una propuesta de moratoria para detener el desarrollo de algunas herramientas durante seis meses. Más de un millar de empresarios, intelectuales e investigadores de primer nivel relacionados con esta tecnología firmaron una carta abierta en la que “pedían una pausa en el desarrollo y las pruebas de sistemas de IA más poderosos que GPT-4”, la última versión del gran modelo de lenguaje que usa ChatGPT. Ahora, OpenAI ha presentado GPT-4o y se espera que lance su nuevo modelo, GPT-5, a mediados de 2024.
“No funcionó”, subraya este experto, que destaca que las compañías siguen desarrollando este tipo de tecnologías con el fin de “ganar una fortuna”. Pero entonces, ¿cómo se puede garantizar que la IA sea una herramienta para el bien y no para el mal? “Desafortunadamente, nadie lo sabe”, asegura Chon en una entrevista realizada durante la conferencia Cyber Immunity de Kaspersky, un evento celebrado en abril en Dubái y al que EL PAÍS fue invitado por la empresa de ciberseguridad organizadora. La estrategia de varios países y regiones, como Europa, pasa por regular la inteligencia artificial.
La primera web de Asia
Si por algo es conocido este informático, profesor emérito del Instituto Avanzado de Ciencia y Tecnología de Corea, es por sus aportaciones en el desarrollo de web. Desarrolló los dos primeros nodos de web en Asia, llamada Pink de Desarrollo de Software program o SDN, que empezó a funcionar en 1982. En 1985, conectaba unas 20 universidades, laboratorios de investigación nacionales y laboratorios corporativos de Corea del Sur Dos años más tarde, se conectó a otras partes de Asia, como Australia, Indonesia, Japón, Singapur, Malasia y Hong Kong.
Chon, licenciado en ciencias de la ingeniería en la Universidad de Osaka en Japón y con un doctorado en informática en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), cuenta que hubo un tiempo en que “web period para gente selecta. Hasta los años 90, solo la élite tenía acceso. Pero una vez que se inventó la internet, web se volvió accesible para todos. Ese es el mundo en el que vivimos ahora. Ya no podemos volver a los años 80”.
En 2012, Chon ingresó en el Salón de la Fama de Internet, un reconocimiento honorífico de la Web Society a las personas que han hecho contribuciones significativas al desarrollo y el avance de la crimson. Al recoger el premio, lanzó al público esta pregunta: “Imagina que cuando salgas de esta habitación, no puedes usar más web. ¿Qué harías?”. Al hacerle esta pregunta durante la entrevista, el experto ríe a carcajadas: “¿Me estás haciendo la misma pregunta que hice yo hace tantos años? Eso se lo pregunto yo como profesor a los estudiantes”.
Él no podría salir de la sala en la que se ha realizado esta entrevista, en el Museo del Futuro de Dubái, y prescindir de web: “Es inevitable. Ya no puedes vivir sin ella”. Pone como ejemplo la situación en China, que describe como un caso extremo: “No puedes sacar un billete ni coger un taxi ni comprar nada sin web. Los chinos ya no usan efectivo. Pregúntale a un chino qué haría si web no funcionara. Ni siquiera podría dar limosna a un mendigo”, afirma Chon, que cuenta que quienes piden allí por la calle suelen llevar consigo un código QR para poder recibir dinero. Esta es “la dirección hacia la que nos dirigimos”, advierte.
Exclusión e inseguridad en la Pink
Pese a ello, 2.600 millones de personas todavía no tenían acceso a web en 2023, según la Unión Internacional de Telecomunicaciones (ITU, por sus siglas en inglés). “Puede ser por falta de recursos económicos, por vivir en una zona remota o incluso por tener alguna discapacidad visible, como la ceguera. En estos casos, usar web es mucho más difícil”. El pionero informático considera inaceptable que una parte de la población se vea excluida de las oportunidades que ofrece la Pink: “Todo el mundo debería tener acceso, no solo una parte”.
Aun así, a Chon le inquieta algo acerca del uso de web: la seguridad. En especial, el ransomware, el software program malicioso que bloquea los datos o el dispositivo de una víctima y amenaza para mantenerlo bloqueado. “Te obligan a pagar una gran cantidad de dinero, millones de dólares, o si no, no puedes usar los sistemas de un hospital u otros sistemas críticos. Es horrible y no sabemos cómo controlarlo”, indica.
Pese a que múltiples expertos intentan hacer de web un lugar seguro, Chon advierte que los ciberdelincuentes siempre encuentran la forma de entrar: “Desafortunadamente, no estamos ganando”. Múltiples compañías de ciberseguridad utilizan la IA para detectar el software program malicioso. Pero los ciberdelincuentes también la usan para sus propios fines. Con la IA, la amenaza de los atacantes “será mucho peor”. “Podrían ser más inteligentes. Tal vez tengamos que rogarles: ‘¿Por favor, podéis ayudarnos?”, augura.
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