He dejado de ver a jóvenes como yo. Una vez termina la universidad, desaparecemos. Es aún peor cuando vuelvo a mi casa de la infancia, a la capital de provincia. Mis amigos, mis compañeros de clase, mis vecinos a los que invitaba de pequeña a mis cumpleaños, todos viven fuera. Y si siguen aquí, yo no los veo, porque están encerrados en casa, estudiando para irse fuera. El rito de iniciación en la vida adulta, leí una vez, comprende en la sociedad capitalista dos hitos: primero, la adquisición de renta (por trabajo), y segundo, de patrimonio (una casa). Hasta ese momento, el individuo no es partícipe del juego. Con una tasa de desempleo juvenil del 25,3% y una edad de emancipación situada en los 30 años, es fácil imaginar el nivel de participación que la juventud tiene en la sociedad del capital. Y por si esto no fuera poco, la demografía tampoco está de nuestra parte: somos menos y siempre lo seremos. Según las reglas del juego democrático, también salimos perdiendo.
Cristina Melero Escamilla. Córdoba
¿Cómo puede dormir tranquilo?
Carlos Mazón sigue encerrado en su burbuja mientras la realidad le golpea de frente. Son más de 200 muertos los que pesan sobre su gestión, y aun así, cinco meses después, no muestra la mínima dignidad. No asume sus errores, no reconoce su negligencia y, lejos de dar un paso al lado, se aferra al poder con uñas y dientes. Es más, insiste en liderar la reconstrucción de la Valencia golpeada por la dana, a cualquier precio. Y ese precio es asumir sin matices las políticas más ultras de Vox y hacerlas propias. Esto no va de cuatro trajes y tres bolsos. La sociedad valenciana ya aprendió esa lección. Hablamos de vidas, de familias destrozadas para siempre, de un líder que pudo haber hecho mucho más y no lo hizo. No todo vale en política para aferrarse a un sillón y eludir responsabilidades. ¿De verdad puede dormir tranquilo, señor Mazón?
Carlos Rodríguez Ridaura. Almenara (Castellón)
Violencia simbólica
Estoy con Ruth Ortiz: no podemos dar voz a los asesinos. Siendo defensora de la no censura y de la libertad de expresión, siento que esta es una cuestión, además de ética, de derecho. Ambas deben estar por encima. Un libro cuyo protagonista es el asesino de sus hijos, un psicópata, mentiroso compulsivo y narcisista con innato afán de protagonismo, cuyo objetivo fue la violencia vicaria, no debería editarse. No sin el consentimiento de la madre. No debemos permitir que el condenado vuelva a agredir, aunque sea de forma simbólica, a la víctima.
Loles de la Fuente Darder. Córdoba
Prevención necesaria
En estos días en que las borrascas y tormentas continuas han provocado desbordamientos de ríos e inundaciones, se escuchan discusiones sobre el daño que podría haberse evitado limpiando las riberas de los ríos cortando maleza seca, retirando troncos caídos, etcétera. Pues bien: es el momento de prevenir los incendios forestales. Para evitar grandes desgracias, o hacerlas menores, hay que limpiar los bosques y hacer cortafuegos ahora.
Raquel García Aguilera. Madrid