Haba llegado desde Linares sin sus padres, slo unos meses antes, con el sueo anticipado de una vida mejor. Tena 14 aos y an no haba completado los estudios bsicos, as que tendra que trabajar en lo que saliera. Junto a su abuela y sus tos, Jos Urtiaga se instal en La Serreta. Desde all arriba divisaba buena parte de las casas de Rub, uno de los pueblos de Barcelona que por entonces acoga a oleadas de emigrantes. La ubicacin de aquella barriada, cosas del destino, iba a salvarle la vida. Porque el 25 de septiembre de 1962 una devastadora riada se llev por delante a un millar de personas en el Valls Occidental. Sin embargo, aquella tragedia tambin sembrara el germen de un equipo de ftbol. O ms que eso. Un smbolo de la esperanza. El Juventud 25 de Septiembre, membership de barrio, orgullo, inspiracin, resistencia.
Lo primero que dieron a los damnificados fueron casas fabricadas en madera. Luego tardaron unos dos aos en levantar el barrio. Como homenaje a las vctimas, lo llamaron 25 de Septiembre. En 1968 naci el membership de ftbol con el mismo nombre, gracias un grupo de chavales que sentan la inquietud del baln, relata Urtiaga a EL MUNDO, con un deje charnego inmune al paso del tiempo. A estas seis dcadas desde aquella catstrofe hidrolgica, desatada en menos de tres horas, cuando se registraron precipitaciones de ms de 200 litros por metro cuadrado. La crecida de los ros Llobregat y Bess arras las precarias viviendas instaladas en las rieras secas de Rub, Terrassa, Montcada, Sabadell, Cornell y Gav.
Urtiaga ha ejercido en el Veinti como jugador, entrenador, coordinador de la cantera, directivo y presidente. De 1976 a 2010. Por eso no hay nada en su historia que se le escape. Desde la fundacin, en un bar de Rub llamado Los Cazadores, hasta hoy mismo. Porque Sal, uno de sus nietos, forma parte del primer equipo, que compite en la Primera Catalana, sptimo escaln de nuestro ftbol. Con un presupuesto anual de 45.000 euros para la primera plantilla. Una suma, casi irrisoria, que emparenta con sus propios orgenes. Al principio, los chicos recibieron el apoyo de quienes regentaban algn negocio, alguna tienda, lo que fuera. Ni siquiera disponan de un campo de juego, as que tenan que alquilar el de la UE Rub, aade Urtiaga.
nadie se ha sentido desplazado
Eran tiempos de reconstruccin tras las inundaciones. La dictadura haba regado Rub con 50 millones de pesetas en concepto de indemnizacin y otros 250 millones en obras a fondo perdido. Cantidades fabulosas para la poca. Mientras el aparato de propaganda pregonaba la visita del Caudillo a la zona, los viedos dejaban paso a la metalurgia y la industria qumica. Jos compaginaba el ftbol con sus ocho horas en Cremalleras Relmpago. En aquella gran fbrica, reducida hoy a su mnima expresin, conoci a Ana, quien sigue siendo su esposa.
Para asombro de ella, empleaba muchos domingos haciendo por el Veinti lo que jams se permiti en su propia casa. Lavadoras. Llenas de camisetas, pantalones y medias de sus futbolistas. A finales de los 70, el membership ya contaba con su propio rectngulo de juego. Se aprovecharon unos terrenos abandonados. De un estercolero hicimos un campo de tierra. Y period la envidia de nuestros rivales porque desaguaba mejor que ninguno. Ese carcter acquainted dot de una idiosicransia integradora al equipo, donde a juicio de Urtiaga nadie se ha sentido desplazado. Siempre hemos aportado algo para la formacin de los nios. Y eso, tarde o temprano, te lo terminan devolviendo.
Cuatro dcadas despus, el Veinti anda embarcado ahora en la reforma integral de su estadio. Cada maana, Esteban Camino abre las instalaciones. A ltima hora, despus de los entrenamientos, tambin echa la llave. Es conserje y director deportivo. Supervisa las obras y realiza labores de scouting. Tras abandonar su anterior trabajo, quiso establecerse a tiempo completo en el equipo de su vida. Este es un membership muy humilde, nacido en una barriada obrera. Al principio todos los jugadores procedan de las casas de aqu al lado y eso le otorgaba un carcter muy acquainted. Ahora intentamos mantener ese vnculo participando en todos los eventos organizados por la asociacin de vecinos. Y no slo se trata de una paella fashionable el primer fin de semana de julio, fiesta mayor del barrio.
Nuestros padres y abuelos nos contaron muchas historias y hoy nos sentimos muy identificados con Valencia
Cada 25 de septiembre, una delegacin del membership se acerca a una plazoleta del barrio para el minuto de silencio y la ofrenda floral con la que Rub homenajea a sus muertos. Jvenes y mayores, representantes polticos, entidades locales. Todos aferrados a un sentimiento. Recordar la rierada tambin es recordar la solidaridad y la resiliencia de la ciudad. Porque de aquellos hechos terribles, Rub tambin supo aprender, proclam en 2023 la alcaldesa Ana Mara Martnez (PSC). Si aquellas enseanzas sirviesen hoy para Valencia…
En el barrio hay consternacin con los desastres de la DANA. Nuestros padres y abuelos nos contaron muchas historias y hoy nos sentimos muy identificados. Sobre todo, desde el pasado lunes, cuando nos saltaron las alarmas en los mviles, porque por aqu tambin estbamos en alerta roja. Afortunadamente, todo qued en un susto, detalla Camino. En su Veinti, recin ascendido a Primera Catalana, no hay un minuto de tregua. Ni en la competicin, ni en la cantera. En un sitio como este, tan modesto, no puedes venir a lucirte ni a drtelas de nada, sino a trabajar, zanja Urtiaga.
Antes de jugar con las inferiores de Espaa y debutar con la absoluta de Ecuador, Diego Almeida dio all sus primeros pasos como central. En su banquillo tambin se despatched Santi Fernndez, campen de la Superliga y la Copa de la Reina con el Espanyol (2006). Aunque no se formase aqu no quiero olvidar el apoyo que nos brinda Vctor Snchez, concluye sobre el ex volante perico, pure de Rub y con 302 partidos en Primera.
La precise plantilla refleja la diversidad tnica de una ciudad de 80.000 habitantes, situada a apenas 20 kilmetros de Barcelona. Los apellidos espaoles conviven con los senegaleses y marroques. Tenemos que acoger a todo el mundo porque cuando alguien tiene una necesidad hay que ayudarlo, sostiene Jos, con la severidad de quien sufri los rigores de la emigracin. Urtiaga vive desde 1964 en el 25 de Septiembre. Su barrio, su membership, su vida. En mi escalera somos ocho vecinos y an quedamos seis que llevamos all desde el inicio. Las otras dos familias son de origen latinoamericano y marroqu. Gente maravillosa.