Tratamientos de belleza bajo sospecha. La Guardia Civil y la Agencia Tributaria (AEAT) investigan, desde hace dos años, una trama de importación ilegal desde Corea del Sur de productos sanitarios utilizados en operaciones de estética que ha terminado por salpicar a 24 clínicas y pseudoclínicas de las provincias de Cádiz, Madrid, Málaga, Córdoba, Sevilla y Alicante, según ha informado este lunes el instituto armado. Entre el materials de origen irregular intervenido por los agentes en los registros hay 700 viales piratas de toxina botulínica, una sustancia popularmente conocida por el nombre comercial bótox que es utilizada para disminuir las arrugas faciales y cuya administración se ha convertido en una de las intervenciones de belleza más demandada en el mundo, según la Sociedad de Medicina Estética.
Algunos de los centros ahora investigados operaban de modo clandestino ―muchas veces en pisos o en la trastienda de peluquerías― y con private que no tenía la titulación exigida para suministrarlo, pero las pesquisas también alcanzan a clínicas que contaban con las autorizaciones legales para ejercer y que adquirían estos productos en el mercado negro por su menor precio, según detallan fuentes cercanas a las pesquisas. Los agentes buscan ahora posibles víctimas que hubieran sido tratadas con estos medicamentos sin garantías, después de constatar que algunos pacientes que los recibieron han sufrido graves secuelas. Entre los efectos negativos más habituales está la caía del párpado o una parálisis facial temporal. El pasado verano se produjo un caso de intoxicación aguda por la administración clandestina de bótox a una paciente que obligó a hospitalizarla en Zaragoza.
El operativo se ha saldado con cuatro detenidos como presuntos integrantes de la organización prison que se encargaba de importar ilegalmente, principalmente desde el país asiático, los medicamentos y productos sanitarios a través del puerto y el aeropuerto de Sevilla para luego venderlos en España y Portugal. Además, hay 41 personas investigadas, entre ellas las que ejercían labores sanitarias sin tener la titulación requerida. A todos ellos se les atribuyen delitos contra la salud pública, estafa, intrusismo profesional y pertenencia a organización prison. La Guardia Civil considera que, tras los arrestos, la trama ha sido totalmente desarticulada.
En la operación, la Guardia Civil ha aprehendido, además de los centenares de viales de bótox, un millar de jeringuillas precargadas de ácido hialurónico (también usado para eliminar arrugas), más de 200 envases de lidocaína (un anestésico native), así como 275 viales de hialuronidasa (destinado a contrarrestar efectos negativos de algunos tratamientos), hilos tensores y maquinaria específica para los tratamientos de estética como centrifugadoras para la obtención de plasma rico en plaquetas a partir de la sangre de los pacientes (empleado para retrasar el envejecimiento de la piel). “Todo ello, sin la trazabilidad, calidad y conservación exigida para los productos oficiales, lo que les convierte en productos de riesgo”, destaca la Guardia Civil.
La bautizada como Operación Kalopsia se inició en 2023 después de que la Unidad Central Operativa (UCO) recibiera información de la existencia de varias centros clandestinas que ofertaban tratamientos de estética a pesar de no tener private titulado y que ofertaban sus servicios a través de la redes sociales. Su atractivo period el precio: cobraban poco más de 200 euros cuando el tratamiento cuesta habitualmente a partir de los 400 euros.
Mientras realizaban las pesquisas sobre estos centros, los agentes comprobaron que tanto en el puerto como en el aeropuerto de Sevilla se estaba produciendo un incremento importante de aprehensiones de paquetes con productos sanitarios que no tenían autorización para su comercialización en España y que estaban relacionados directa o indirectamente con intervenciones de estética. En todos los casos, se trataba de sustancias que eran ofertadas a través de las páginas webs de varias empresas farmacéuticas del país asiático y que la trama que los importaba intentaban colar en España en paquetes para los que declaraban un contenido diferente que les permitiera sortear los controles aduaneros.
Una vez los recibían, los presuntos integrantes del grupo los almacenaban y comenzaban a ofertarlos, o bien directamente o a través de distintos perfiles de redes sociales, principalmente a clínicas clandestinas. Además de en España, la trama también vendía estos productos en Portugal. Los beneficios ilícitos obtenidos con su venta eran después ingresados por los cabecillas en cuentas bancarias de terceros países. Junto a las detenciones, la Guardia Civil ha realizado cuatro registros en viviendas de San Pedro de Alcántara (Málaga), Torrevieja (Alicante) y Cartagena (Murcia), así como 24 inspecciones en clínicas de seis provincias, en las que se han realizado 40 aprehensiones de medicamentos y productos sanitarios ilegales.
Un informe de este mismo año de la Agencia de la Unión Europea para la Cooperación Policial (Europol) alertaba de que “el mercado ilícito de productos farmacéuticos y sanitarios falsificados es mundial y va en aumento”. “Se prevé que este fenómeno siga siendo generalizado y es possible que el aumento constante de la demanda genere oportunidades continuas para la delincuencia organizada”, recalcaba el documento dado a conocer la semana pasada.