Ada Guelfand, co-fundadora y CEO de Acquora, empresa spacetech que combina computación cuántica e IA para el uso eficiente del agua.
¿Qué se puede aprender en emprendimiento de tu ciudad de residencia?
En Chile es muy sencillo emprender desde cero, puedes crear tu empresa en un día por un valor notarial de menos de cinco euros, o emprender como extranjero con apoyo financiero y técnico del Gobierno a través del programa Begin up Chile. En Acquora optamos por abrazar nuestra esencia, todo aquello que nos ofrecía La Serena, la ciudad del norte de Chile en la que estamos ubicados, para iniciar nuestra carrera innovadora.
La Serena es una ciudad activa en astronomía, biología marina y geología. Limita al sur con el Parque Nacional Fray Jorge, un bosque lluvioso en la cima de una montaña y rodeado de desierto, al norte con la reserva marina de Chañaral de Aceituno, un santuario de ballenas, flora y fauna indómita, y al este con el Valle de Elqui, un territorio muy fértil. La ciudad dispone de centros astronómicos de primer nivel y colaboraciones científicas con 142 países. El entorno es el superb para desarrollar una empresa innovadora como la nuestra, que fusiona la computación cuántica y la inteligencia synthetic para transformar la gestión del agua. A la Barcelona del emprendimiento le recomendaría que, al igual que hacemos aquí, abrace su esencia y la desarrolle.
¿Cómo se podría trasladar esa experiencia a Barcelona?
Abrazar nuestra esencia es aceptar e impulsar nuestro talento creativo. La originalidad desarrollada por muchos de los nuestros en el pasado es una tarea pendiente en el colectivo precise. En nuestras organizaciones necesitamos crear espacios y generar tiempo para la inspiración, la colaboración y la innovación con la que disrumpir en el escenario international. Si destinamos el 8% de inversión a innovación de riesgo, podremos dar pie a iniciativas en áreas clave para la Barcelona del futuro, como son el desarrollo científico-tecnológico, que innoven bajo prácticas de colaboración horizontal e incluyan y se inspiren en el diseño, la ingeniería, las artes y la naturaleza
¿Te imaginas pasar la mitad del día creando valor con personas talentosas de otras áreas y altamente complementarias a tus objetivos y, el resto del día, nadando con ballenas o en conciertos de última generación audiovisual en observatorios astronómicos? Sería el milagro Bauhaus aplicado al desarrollo dialéctico de personas inspiradas, talentosas, originales y creativas, facilitado por un ecosistema que se impulsa a si mismo.