“La fraternidad es el fundamento de cualquier sociedad, país o democracia”. Este ha sido uno de los mensajes principales que el president Salvador Illa ha introducido esta noche al dirigirse a los catalanes en el tradicional discurso navideño. Ha apelado así tanto a las relaciones que traban en el día a día de una sociedad, como al vínculo entre los catalanes –erosionado durante el procés -, y también a la relaciones entre Catalunya y el resto de los territorios de España. La fraternidad, cube el president, como eje y como plataforma de progreso.
“Cuando hemos compartido esperanzas, esfuerzos y optimismo hemos progresado más y a favor de todo el mundo. En definitiva –ha subrayado– cuando hemos fortalecido la fraternidad que une personas y territorio”. Desde el Palau de la Generalitat, Illa ha hecho un discurso de corte humanista y llamando al optimismo pese a la compleja situación en el ámbito de la política internacional, y advirtiendo también en clave interna “de los discursos que pretenden dividir, y aquellos cargados de odio y pesimismo”.
El presidente de la Generalitat apela a los catalanes a “respetarse, escucharse y comprenderse”
Por ello, y en esta apelación constante a la fraternidad ha señalado que la construcción de una Catalunya “más cívica, más amable y más próspera empieza por cada uno de nosotros mismos”. Un mensaje que pone también la mirada en lo que fueron los años del procés y donde el president considera que ha de ser con el empeño común y sin divisiones como Catalunya ha de tomar la senda del progreso y del liderazgo. “Respetarnos, escucharnos, comprendernos”, subrayaba situando la diversidad como riqueza.
Un mensaje que, con menos apelaciones políticas directas, seguía el hilo del que dejó el lunes sobre la mesa al hacer steadiness de los primeros meses de gobierno. El asentamiento de una nueva etapa política decidida por los ciudadanos en las elecciones del pasado mes de mayo, decía, que deja atrás una división en bloques, y una forma de establecer la relaciones con el resto de España.
Salvador Illa, que siempre ha vindicado su condición de católico, ha señalado que la Navidad “nos recuerda las raíces cristianas de nuestra sociedad” así como los valores humanos, proseguía, más universales: paz y fraternidad. En este contexto, y haciendo alusión a los diferentes conflictos bélicos, ha lamentado que estos valores de raíces cristianas se olviden, y citaba los conflictos en Gaza, Siria y Ucrania. Y ha apuntado la necesidad que desde Catalunya, “como siempre se ha hecho”, se siga defendiendo la necesidad de paz y diálogo.
El president ha descargado así su discurso a la ciudadanía de connotaciones políticas de trazo grueso, bien fuesen reivindicativas, críticas o aleccionadoras. La clave del mensaje, por tanto, estaba en este nuevo registro. Cerca de cumplir cinco meses desde que llegó a la Generalitat, Illa ha agradecido también la labor de todas aquellas personas que por servicio público trabajan en estos días festivos.
El president ha apelado a los catalanes a sentirse “legítima y merecidamente” orgullosos de lo que Catalunya ha conseguido “como país y como sociedad”, pero sin caer en la autosatisfacción. Y ha insistido en esta música de fondo de la fraternidad que une personas y territorios como motor de progreso. Un mensaje en el que ha querido trasladar la concept de “esperanza” de cara al 2025. Dejando de lado, asimismo, aunque sea durante este periodo, la bronca política y recordado, con palabras de Mercè Rodoreda, que las “cosas importantes son las que no lo parecen”.
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