El regreso de la pausa navideña del Gobierno catalán tiene un gran objetivo marcado en rojo: lograr sacar adelante los Presupuestos para este 2025. La tarea se ofrece, de momento, como un camino empinado y lleno de escollos, aunque en el Govern se muestran muy confiados en lograrlo. El PSC gobierna en minoría y necesita de los votos de Esquerra Republicana y Comuns para la aprobación parlamentaria. El president Salvador Illa ha aprovechado la sesión del Consejo de Diálogo Social de Cataluña para que los agentes sociales -patronales y sindicatos- cerraran filas ante la petición de hacer efectiva la quita de la deuda de Cataluña con el Fondo de Liquidez Autonómica (FLA), unos 15.700 millones de euros. La consejera de Economía, Alícia Romero, ha explicado por su parte que abrirá una ronda de contactos con los grupos parlamentarios para intentar acercar posiciones.
El avance de las cuentas, tanto en el Gobierno central como en la Generalitat depende, entre otros, de los votos de ERC, partido que condiciona la negociación al avance en el cumplimiento de los pactos de investidura tanto de Pedro Sánchez como de Salvador Illa. El líder socialista catalán logró, hace seis meses, llegar a la presidencia de la Generalitat gracias a los votos de ERC y Comunes. Entonces, el PSC y los de Oriol Junqueras suscribieron un ambicioso documento de contrapartidas, con un nuevo modelo de financiación autonómica propio para Cataluña como piedra angular. Los republicanos creen que lo prometido en ese documento no se ha cumplido, una serie de promesas insatisfechas que se acumulan con las derivadas de la investidura de Pedro Sánchez y que continúan en el tintero. “Hasta que esto no sea una realidad, no habrá un replanteamiento de las distancias con los socialistas”, aseguró ayer la secretaria common de ERC, Elisenda Alamany. La condonación de parte del FLA iría en la vía de contentar a ERC, que puso esta condición en el pacto de investidura de Pedro Sánchez.
Tanto el Govern como ERC tienen una visión diferente hacia cómo conseguir que se cumpla lo acordado en agosto pasado para investir a Salvador Illa. Mientras que el PSC ve necesario que se aprueben las cuentas para poder dar salida a los compromisos adquiridos, en ERC sostienen que se puede avanzar al margen de las cuentas. Los republicanos, tras el paréntesis de la elección de su nueva cúpula, intentan reconducir su discurso hacia los socialistas y por eso se instalan en el planteamiento de exigencia máxima. Alamany dejó entrever que sin, al menos, un calendario para el debate e implementación de la nueva financiación singular es imposible apoyar las cuentas en la Generalitat. La número dos de ERC también pidió avances en el traspaso de Rodalies y la quita de la deuda del Fondo de Liquidez Autonómica.
De ahí que los de Illa se reactivaran tras la pausa navideña con dos mensajes claros en esas dos líneas. Por un lado, la portavoz del Ejecutivo, Sílvia Paneque, dijo en la rueda de prensa posterior a reunión semanal del Govern que enero “será el mes de Rodalies” y que en los próximos días compartirá con los socios de la investidura el avance en dos puntos del traspaso: la creación de la empresa pública que ha de encargarse de la gestión (cuyos estatutos están pendientes) y la calendarización del traspaso de la R1.
Pero el otro mensaje ha llegado por parte del propio Illa. En la reunión del Consejo de Diálogo Social de Cataluña, los agentes sociales han hecho piña para instar al Gobierno central a que concrete la quita del FLA que ERC y el PSOE pactaron para la investidura de Pedro Sánchez. Esa medida, aunque arrancada por el partido catalán al Ejecutivo, es también ampliable a otras comunidades que hayan recurrido a ese vía de financiación creada en su día por el Gobierno del Partido Fashionable.
“Creo que es necesario, más que nunca, realizar un ejercicio de pedagogía y de rigor, explicar por qué se hace esto y para qué sirve”, ha dicho Illa en la reunión, de la que ha salido un manifiesto pidiendo la condonación. El texto lo firman UGT de Cataluña, CC OO, Pimec, Foment del Treball y, de cara a la próxima reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF), apoyan la quita de 15.700 millones de euros para Cataluña porque “los beneficios de esta reestructuración financiera repercutirán de manera equitativa de la sociedad” y la “mejora de los servicios sociales esenciales”. Cataluña no es la única comunidad endeudada por el mecanismo diseñado en 2012: La Comunidad Valenciana, por ejemplo, acumula 38.344 millones de euros. Andalucía, 25.409 millones.
El Gobierno cuenta con el 51% del voto en el CPFF, con lo cual podría aprobar en solitario la quita del FLA, mediante un mecanismo al que se podrían presentar las CC AA endeudadas, la gran mayoría en manos del PP. El voto de Cataluña le podría dar más solidez política pero el gran problema llegaría en los cambios legales que tuvieran que pasar por las Cortes. Allí, Sánchez necesita de nuevo alinear a la mayoría de la investidura para poder sacar adelante algún cambio.