Dos miembros de la Fuerza Provisional de la ONU en Líbano (Finul) resultaron heridos cerca del aeropuerto de Beirut, en un ataque contra el convoy blindado en el que viajaban. Según un comunicado de los cascos azules, “el comandante adjunto saliente” de la misión se encuentra entre los dos afectados. El medio libanés L’Orient Le Jour confirmó que tanto el oficial como el soldado period de nacionalidad nepalí.
Al menos 25 personas han sido detenidas en las protestas vinculadas a Hizbulah que han tenido lugar en los últimos días en las carreteras aledañas al aeropuerto de la capital libanesa, que se encuentra en el suburbio donde la milicia chií tiene su feudo.
El Departamento de Estado de los Estados Unidos también reaccionó con indignación al ataque y señaló directamente “a un grupo de partidarios de Hizbulah”. El sábado por la tarde se reanudaron los choques entre los partidarios de la milicia y el ejército libanés. Testigos de los altercados aseguraron a La Vanguardia que pudieron oírse disparos y que los militares lanzaron gasoline lacrimógeno para dispersar a los manifestantes. Tras el asalto al convoy de la Finul, el primer ministro, Nauaf Salam, se puso en contacto con la coordinadora especial de la ONU, Jeanine Hennis-Plasschaert, y con el comandante al mando de la misión, el basic Aroldo Lázaro.
Los altercados comenzaron el jueves a raíz de que las autoridades libanesas prohibieran el aterrizaje de un avión proveniente de Irán, aliado clave del grupo armado. Como respuesta, Teherán canceló por el momento todos los vuelos con destino a Beirut. Irán ha expresado su disposición a mantener “discusiones constructivas” con Líbano sobre la reanudación de los vuelos. Esta escalada llega tras la elección de un presidente de la República y de un nuevo Gobierno más cercano a Estados Unidos y en mitad de los preparativos para el funeral de Hasan Nasralah, el histórico líder de Hizbulah asesinado por Israel el pasado septiembre en un bombardeo en el sur de la ciudad.