En enero y febrero las ventas internas en Ecuador alcanzaron los $ 39.294 millones, lo que representó un incremento del 10,4 % respecto al mismo periodo de 2024, cuando fueron de $ 35.604 millones, según datos del Servicio de Rentas Internas (SRI). Analistas consultados por este Diario observan un indicador de reactivación económica y explican los motivos.
Para Alberto Acosta Burneo, editor de Análisis Semanal, la escalada de ventas en los primeros dos meses de 2025 es un síntoma de que la economía ecuatoriana está saliendo de la situación complicada que atravesó en 2024, cuando se contrajo de manera importante.
En este contexto, indicó que para este año las previsiones y los indicadores muestran que existe una recuperación gradual de la economía. Resaltó que hay algunas fuerzas que están detrás de esta recuperación, pues señaló que por un lado en 2024 se acumuló mucha liquidez por el fuerte superávit comercial, el incremento fuerte de las remesas y el financiamiento externo neto que recibió el Gobierno.
“Todo eso permitió que se eleven los depósitos significativamente, pero el año pasado la demanda de crédito todavía estaba bastante deprimida, entonces, esos depósitos no se transformaron en créditos, pero gradualmente el crédito también se está acelerando y todo eso está permitiendo un repunte en las ventas”, explicó Acosta.
Por otro lado, dijo que está el issue de la recuperación luego de los apagones, lo que ha permitido que las actividades productivas vuelvan a desarrollarse sin interrupciones al compensar lo que no pudo producir durante el tiempo que duraron los cortes de energía, desde finales de septiembre hasta el 19 de diciembre de 2024.
“Definitivamente sí hay varios indicadores que apuntan hacia esa recuperación económica, que será incluso más acelerada una vez que se supere la incertidumbre política, que pasemos las elecciones y que ya la inversión comience a repuntar aprovechando toda esta liquidez que existe en la economía, igual que el consumo de las familias, de los hogares, comience a mejorar de una manera más rápida”, sostuvo el experto.
El director common del SRI, Damián Larco Guamán, aseguró que las cifras alcanzadas en ventas internas en enero y febrero reflejan una reactivación económica después de un 2024 de un “ajuste de cinturón” y de ordenar las finanzas públicas. Entre los crecimientos aparecen sectores como el de salud (44,4 %), entretenimiento (30,3 %), agricultura (15,7 %), comercio (11,5 %), turismo (11,5 %) y construcción (5 %).
Mientras, de acuerdo con el analista económico Jorge Calderón, al Gobierno le han favorecido los ingresos por el tema turístico de los feriados en estos primeros meses de 2025, aunque reconoció que el último asueto de marzo, el de carnaval, aún no está contabilizado, pero también impacta mucho en esa recuperación.
Al igual que Acosta, Calderón cree que la normalización de las actividades debido a la ausencia de apagones ayuda a este repunte económico. “Recordemos que los apagones recién terminaron a finales de diciembre y muchos tenían sus compras pausadas y, ya con la tranquilidad de no tener apagones, eso genera obviamente una dinámica en el consumo”, analizó.
También abordó el tema político y manifestó que la percepción que existía durante la campaña electoral, los primeros 45 días del año, de que el presidente Daniel Noboa ganaría en primera vuelta generó tranquilidad en ese periodo y se realizaron algunas compras de largo plazo con algún tipo de endeudamiento, aunque el resultado en las urnas no se dio.
Sin embargo, Calderón advirtió que si se descuenta el impacto del IVA, que subió al 15 % desde abril de 2024, de la variación del 26 % que señala el SRI, que se dio en la recaudación de ese impuesto, y se quita el 3 % del efecto, esa variación pasa a ser de apenas un 4 %.
Ventas vs. crecimiento de empleo
José Abel Defina, analista económico y experto en finanzas corporativas, indicó que el mejoramiento de las ventas es un buen síntoma económico, pero también se debe analizar lo que hay detrás de estas transacciones.
“Hay una recuperación de las ventas efectivamente, pero también es porque hubo consumo represado producto del problema de los apagones y del sobreendeudamiento”, comentó.
Cuando entra el sector financiero a refinanciar, reestructurar y dar diferimiento a las deudas, agregó Defina, se facilita que parte de ese dinero que estaba comprometido para pagar obligaciones ahora se vaya a un nuevo consumo.
“Es un consumo o crecimiento de ventas que no se ha trasladado todavía a la recuperación del empleo. Cuando uno quiere hablar de recuperación económica, el indicador correcto es el crecimiento del empleo, si no lo hay, como no ocurrió en enero pasado, entonces no se puede hablar aún de recuperación económica”, asegura Defina.
La devolución del IVA a los grupos prioritarios, por un monto de $ 490 millones en 2024 y lo que va de 2025, aunque es insuficiente para tener un impacto en las condiciones de empleo, dijo Defina, sí demuestra que cuando el Estado retira recursos de los consumidores se produce un efecto negativo, mientras que su devolución contribuye a dinamizar el consumo.
“El problema es que los casi $ 500 millones son extremadamente bajos para lo que realmente debería hacer el Estado, que es poner en manos de los consumidores al menos entre $ 3.000 millones y $ 4.000 millones”, según Defina.
La política de devolver parte de lo recaudado por IVA refleja que el dinero en manos de los consumidores hace crecer la economía.
La recesión, dijo Defina, debe medirse según la capacidad de generar empleos en una economía. “Lo que puede pasar es que los empresarios descubran cómo ganar más ventas sin recuperar las fuentes de empleo anuladas. Por ejemplo, se puede hacer crecer el negocio importando y ya no produciendo y empleando o ganar más dinero sin recuperar las fuentes de empleo eliminadas durante una disaster”.
Al perder los empleos hay menos sujetos de crédito para los bancos y cooperativas, entonces hay una caída en la oportunidad de colocar préstamos, que ayuda a que la economía crezca y se recupere.
Otro elemento es que una cosa es vender y otra cobrar. “Hay que ver si las ventas son de contado o de crédito”, afirma.
‘Hay que ver los próximos meses’
En una línea comparable, el analista económico Héctor Delgado aseguró que comparar las ventas internas entre enero y febrero de 2024 con los mismos meses de 2025 no es significativo para una reactivación económica.
Para el experto, lo más saludable es analizar dos trimestres seguidos o un semestre, es decir, seis meses. “El 2024 fue un año muy malo, hubo cortes de energía y las ventas estuvieron muy bajas. Entonces, si comparo un año malo obviamente va a haber un repunte en cuanto a las ventas. Y para hablar de una reactivación como tal hay que ver qué pasa en los próximos meses de 2025″, mencionó.
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De acuerdo con los datos del SRI, los sectores de la salud y de entretenimiento tienen más del 30 % en crecimiento. “En salud, quizás por el uso de los laboratorios, y en entretenimiento es realmente obvio, porque antes no se podía salir al no haber energía eléctrica. Aunque igual estamos con el tema de la inseguridad”, opinó.
Consideró que el sector de la construcción, que según el SRI tuvo un crecimiento del 5 %, es uno de los mejores termómetros para definir si hay o no una reactivación. “Este sector refleja un poco más la realidad de cómo está la economía”, agregó.
Sin embargo, Delgado afirmó que 2025 sí será un año de crecimiento. “Siempre hay un efecto rebote, porque ya lo vimos con el COVID-19. La banca tiene liquidez, los créditos están moviéndose”, concluyó. (I)