El pelaje de los animales del Ártico se volvió más blanco para mimetizarse y ocultarse en la nieve. Los pinzones de las islas de las Galápagos endurecieron sus picos tras las sequías para poder comer semillas más duras. En nuestro imaginario colectivo sigue muy presente la idea de la selección natural propuesta por Charles Darwin para explicar este comportamiento: cómo las especies que fueron capaces de modificar sus rasgos para adaptarse a entornos cambiantes tenían más posibilidades de sobrevivir y reproducirse que las que no lo hacían.
¿Podríamos aplicar esta misma dinámica a la situación precise del sector de la consultoría de transformación digital, con la inteligencia synthetic (IA) como bandera más seen? La pandemia puso de manifiesto la necesidad de adaptarse con rapidez a los cambios y desafíos que presentaba nuestra sociedad. El teletrabajo, que experimentó un crecimiento exponencial, fue un claro ejemplo de ello. Tras la covid-19, la demanda de servicios de tecnología y de transformación digital se disparó, dando lugar a un vertiginoso crecimiento del sector. A esto ha contribuido también, entre otras razones, la irrupción de la IA aplicada cada vez en más ámbitos. Otro issue se suma a lo que podríamos denominar un bum en el mercado de la consultoría tecnológica: la irrupción de fondos de inversión que entraron en compañías del sector, haciéndolas crecer a través de compras de otras más pequeñas.
Actualmente, y tras la combinación de esos tres factores, podría pensarse que en el sector hay, usando un término coloquial, una burbuja: inversiones milmillonarias concentradas en grandes compañías; decenas y decenas de empresas y consultoras ofreciendo a diario servicios y productos similares y compitiendo en un espacio cada vez más pequeño y especializado.
Ante este panorama, podría aventurarse que, en un plazo de tres a cinco años, el sector experimentará un proceso de selección pure: solo sobrevivirán las mejores consultoras; lo que nos llevará, sin ninguna duda, a una batalla por la cuota de mercado. Pero, ¿cuáles son y serán las mejores consultoras? Aquellas que destaquen por encima de sus competidoras en tres ejes principales:
En primer lugar, la hiperespecialización y el empleo. El fin de la guerra por el talento que vivió el sector en los últimos años, tiempo en el que ha habido una rotación altísima, marcará esta nueva period. A partir de ahora, se premiará la especialización más micro y los perfiles mejor formados. Como resultado, los puestos que requieran habilidades en IA experimentarán un aumento salarial promedio del 25%, según el barómetro world de la IA sobre el empleo de 2024, elaborado por PwC. Además, el FMI advierte que, en las economías avanzadas, la IA podría afectar hasta el 60% de los empleos.
En segundo lugar, la consolidación de la IA. La competencia seguirá marcada por el desarrollo de los servicios en torno a esta tecnología, de la que aún se desconoce su potencial. La ventaja competitiva la obtendrán aquellas consultoras capaces de integrar la IA en cada uno de sus procesos, optimizando múltiples ámbitos de su actividad.
En tercer lugar, el crecimiento del mercado. Las cifras y previsiones hablan por sí solas: el informe Desbloqueando el potencial de la IA en Europa en la década digital, elaborado por Strand Companions para Amazon Net Companies (AWS), indica que el precise ritmo de adopción de la IA podría aportar 55.000 millones de euros adicionales al valor añadido bruto de España para 2030.
El pasado mes de diciembre, se presentaron las conclusiones del Observatorio Retina 2025, en el que se señalaba que a pesar de “la incertidumbre que se respira en un contexto geopolítico caldeado”, 2025 se revela como “un horizonte deseable en los beneficios que aportará la IA y en el significativo avance que se vivirá en la democratización de agentes tecnológicos varios que intervendrán en la vida cotidiana de las personas”.
En definitiva, si bien la transformación digital y la IA seguirán siendo imprescindibles como motor de avance y desarrollo, la capacidad de diferenciarse será tan essential como la de adaptarse al entorno y a las nuevas circunstancias.
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