Las primeras veces están impregnadas de dudas, de entusiasmo y de nervios… Más si de lo que hablamos es de adentrarse en el coleccionismo de arte y de hacerlo en una feria como ARCO, gigante y con tantos estímulos. ¿Habrá alguna pieza que me encaje en el presupuesto? ¿Y si me gustan varias obras, qué criterios aplico para decidirme? ¿Cuál es la opción más inteligente?
Contra esa lógica vacilación, como una suerte de GPS para no extraviarse entre las miles de propuestas que se aglutinan en cada edición de la feria, nació en 2011 First Collectors, un servicio de asesoría personalizada y gratuita impulsado por la Fundación Banco Santander. Cualquiera puede apuntarse mediante un correo electrónico y, gracias a un formulario, un equipo de expertos le elabora un file con las propuestas de obras y galerías que le recomiendan acercarse a visitar, todas acordes a su bolsillo y sus gustos. ¿Prefiere apostar por un artista emergente y cuya obra se revalorizará en el futuro? Acuda aquí. ¿Escultura, pintura, expresiones más contemporáneas? “La intención es ofrecer acompañamiento para que la gente se atreva a acercarse sin pudor al trabajo de los artistas, para que pierda el miedo”, afirma Elisa Hernando, doctora en Arte y en Economía y fundadora de Arte International, la empresa española pionera en estas lides que se encarga de la asesoría personalizada.
Hernando saluda a Esley Sánchez y a su marido Enrique Rodríguez y se sienta junto a este matrimonio cubano. Llevan apenas seis meses afincados en Madrid, será su primera vez en ARCO, aunque no son precisamente principiantes en esto del arte. Rodríguez heredó de su abuelo, Juan Miguel Rodríguez de la Cruz, ceramista, una colección de piezas con lo más granado de la obra en cerámica de los artistas de las vanguardias cubanas de los años cincuenta. Desde que llegó a sus manos, la pareja ha procurado cuidarla y hacerla crecer. Acaba de ser expuesta en museos de Boston y Miami.
Y con ese propósito, el de descubrir nuevas obras que dialoguen con las suyas, asoman por la feria.

Hernando da en el clavo (“el mejor arte de las vanguardias se mantiene plenamente vigente porque tiene en el fondo un aire trascendente y atemporal”, les cube señalando con el índice una esquina del file), y los ojos de ambos se posan en el ánfora esgrafiada de un artista marroquí, Mounir Fatmi. “Las formas de, por ejemplo, un porrón cubano, vienen de la tradición española, y lo árabe y lo mediterráneo han influido en todo eso, claro”, comenta complacido Rodríguez.
Con al menos tres piezas escultóricas de cerámica y vidrio en el horizonte y la ubicación de todas marcadas en el plano de la feria, comienza la ruta.
El trabajo comienza antes de la inauguración
Ese paseo preciso y bien dirigido que dan Enrique Rodríguez y Esley Sánchez comenzó a gestarse semanas atrás. “A la feria hemos de llegar con los deberes hechos”, cube Hernando. Emplean meses en preparar ARCO, hablan con las galerías (214 de 36 países) y con la organización de la feria, conocen al dedillo qué artistas vienen y qué traen. El año pasado, prestaron servicio a 130 personas a través del programa First Collectors, en esta edición de 2025, con la Amazonia y el cambio climático como temáticas centrales, superarán sin duda esa cifra.
La búsqueda para acertar en cada file es exhaustiva y exige un entendimiento profundo de los intereses del potencial comprador: ¿artistas nacionales o internacionales?, ¿emergentes o consagrados?, ¿prioriza unas coordenadas estéticas u obras concretas cuyo valor crezca a futuro?

Para aquellos más novatos, otra tarea basic que han de llevar a cabo es puramente pedagógica. El mercado del arte tiene unas particularidades que no todo el mundo conoce: del alquiler del estand, los transportes (tanto al lugar de exhibición como al domicilio del comprador), los seguros y todo el papeleo se encargan las galerías, labores complejas y, en ocasiones, costosísimas; los artistas perciben, normalmente, el 50% de lo que cuesta una obra, y de ese beneficio han de restar los costes de producción de la pieza, además de los impuestos. Así ocurre casi siempre y es una explicación necesaria para comprender el porqué del precio de un cuadro, una escultura o una instalación. “En Arte International tenemos coleccionistas con presupuestos que van desde los 500 euros hasta los 200.000. Es un sector apasionante, pero sin nadie que te guíe es facilísimo sentirte apabullado por la incertidumbre”, explica Hernando.
Y es que su consejo es de veras preciado incluso para las voces más expertas. Cuando María Beguiristain, directora de Arte de la Fundación Banco Santander, recorre los pasillos de ARCO, señala obras, lo conoce casi todo de sus autores; apenas puede avanzar unos pasos sin que artistas o galeristas la saluden y se alegren de encontrarse allí con ella. Pues bien, incluso Beguiristain cuenta anécdotas de una ocasión en que Hernando la aconsejó aventurarse a adquirir una pieza y ella no se decidió, una oportunidad a todas luces perdida, ahora que sabe lo que no podía saber entonces: “Se trataba de una pieza pequeñita de June Crespo [Pamplona, 1982], period preciosa y costaba, no recuerdo, entre 500 y 600 euros”; le habría encantado sumarla a su colección private pero no se atrevió. Tiempo después, June Crespo fue seleccionada para participar en la 59ª Bienal de Venecia (2022), la artista pamplonesa es hoy, según la publicación especializada ArtFacts, una de las 100 más importantes de España.

El perfil del coleccionista
Pasión y razón del arte
Beguiristain y Hernando coinciden: hay que atreverse a entrar en una galería como quien pasa a cotillear en una tienda de muebles o una librería. “Sin parar, hay gente que me pregunta sorprendida, ‘¿en serio no hay que pagar entrada?’, tenemos que borrar de una vez esa barrera. Es el primer paso para educar el ojo”, insiste convencida Hernando.
Su historia es la de quien, seguramente, no podría haber terminado de ninguna otra manera: desde niña le encantaba la historia del arte pero aceptó de buena gana el consejo paterno de estudiar a la vez una carrera “útil”; por las mañanas cursaba asignaturas de Económicas y Ciencias Empresariales, por las tardes cambiaba de pasillo y de facultad y estudiaba aquello que le fascinaba. Se sacó las dos licenciaturas (y años después continuaría con sendos doctorados), probó a dedicarse a la banca de inversión en el extranjero y, con veintiséis años, desde Bruselas, decidió cambiar de rumbo. Volvió a Madrid, se fogueó en varias galerías y, por fin, en 2003 inauguró Arte International, la empresa que aunaba sus saberes, un modelo de negocio que todavía no existía en España: lo que en inglés llamaban Artwork Advisory, el tipo de asesoría sobre arte que suelen necesitar instituciones públicas y privadas, desde museos a bancos y fundaciones, para gestionar correctamente sus colecciones y elegir con tino sus nuevas adquisiciones o qué ventas hacer y de qué manera.
Atreverse a entrar en galerías es el primer paso para acercarse al arte contemporáneo y educar el ojo

Elisa Hernando fundadora de Arte International
Hernando, además, quiso extender el servicio a particulares, sobre todo porque ella misma había pasado por ahí y quería poder “resolver las dudas que a ella se le habían también planteado” a quienquiera que lo necesitase. “La primera obra de arte que compré fue un grabado de Chillida que adquirí a plazos y que conservo con muchísimo cariño”, confiesa.
Lo primero que entra en juego siempre es la pasión, cube, enamorarse de una pieza, fantasear con poder admirarla cada día; pero después aparece también la razón en la partida: “Parece que está mal visto, pero yo soy economista; se compra arte por gusto, por amor, pero desde luego ha de pensarse en que si un día me canso de la pieza o quiero donársela a mis hijos o necesito venderla, la inversión haya sido beneficiosa y se haya revalorizado”.

Son casi las 15 horas del día de la inauguración de ARCO, Enrique Rodríguez y Esley Sánchez acaban de terminar el recorrido propuesto por Hernando y quieren acercarse a solicitar un catálogo de la feria. Todavía no se han decidido, quizá no sea en esta edición cuando se aventuren a seguir sumando cerámicas a su colección. Sin embargo, la experiencia, dicen, ha merecido la pena, han encontrado lo que buscaban sin perderse. Misión cumplida.
Créditos
Fotografía: Claudio Álvarez
Coordinación de Diseño: Adolfo Domenech
Desarrollo: Rodolfo Mata