En vísperas del 24 de febrero, cuando se cumplen tres años del inicio de la invasión a gran escala de Ucrania por parte de la Federación Rusa, el Secretario General de la ONU, António Guterres, ha vuelto a pedir un “cese inmediato de las hostilidades”.
En una declaración a la prensa publicada el domingo, el máximo responsable de la ONU reiteró que la invasión fue una “flagrante violación de la Carta de las Naciones Unidas y del derecho internacional”.
La necesidad de una paz justa y duradera
“En esta trágica ocasión, reafirmo la urgente necesidad de una paz justa, duradera y international, que respete plenamente la soberanía, la independencia y la integridad territorial de Ucrania dentro de sus fronteras internacionalmente reconocidas, de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas, el derecho internacional y las resoluciones de la Asamblea General”, subrayó Guterres.
En su opinión, la guerra en Ucrania supone una grave amenaza no sólo para la paz y la seguridad en Europa, sino también para los cimientos y principios fundamentales de las Naciones Unidas.
“Ya es suficiente. Después de tres años de muerte y destrucción, vuelvo a pedir una desescalada urgente y un cese inmediato de las hostilidades. Acojo con satisfacción todos los esfuerzos para lograr una paz justa e inclusiva. Las Naciones Unidas están dispuestas a apoyar estos esfuerzos”, añadió.
Tres años después del inicio de la invasión a gran escala, las necesidades humanitarias en Ucrania siguen siendo acuciantes, declaró el viernes la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), que señaló que cada día mueren y resultan heridos civiles, se destruyen viviendas y escuelas y se destruyen medios de subsistencia.
Más de 12.000 civiles muertos
La ONU también deplora la situación de los derechos humanos en el país, y la Misión de Supervisión de los Derechos Humanos de la ONU señala que continúan las violaciones “persistentes y crecientes” de los derechos fundamentales. En concreto, desde agosto de 2024, ha registrado un “alarmante repunte” en las denuncias de ejecuciones de soldados ucranianos capturados por las fuerzas armadas rusas.
Además, más de 12.654 civiles han muerto y más de 29.000 han resultado heridos desde el comienzo de la invasión. Más del 80% de las víctimas se han registrado en territorio controlado por el gobierno ucraniano, y el 15% en territorio ocupado por la Federación Rusa.
El número de víctimas civiles fue un 30% mayor en 2024 que en 2023, ya que las hostilidades volvieron a intensificarse en el frente y Rusia incrementó el uso de bombas aéreas, drones de corto alcance y misiles de largo alcance.