La guerra en Ucrania no se detiene y el número de víctimas no deja de aumentar. Este sábado se han elevado a 19 los muertos, entre ellos nueve niños por el ataque de Rusia, el viernes, contra Krivih Rig, la ciudad natal de Volodímir Zelenski. “La reacción de la embajada estadounidense es desagradablemente sorprendente. Un país y un pueblo tan fuertes, y una reacción tan débil”, ha criticado este sábado el presidente ucraniano. “Tienen incluso miedo de decir la palabra ‘ruso’ cuando hablan del misil que mató a los niños”, ha agregado en redes sociales.
Tanto ese bombardeo como los habituales ataques cruzados con drones muestran que, pese a lo que pronosticó Trump, hasta ahora no ha conseguido poner fin a la guerra en Ucrania. Moscú, por su parte, acusa a Kiev de tener como objetivos instalaciones energéticas, algo que el ejército ucraniando desmiente. Los servicios secretos del país invadido por Putin sí se han atribuido este sábado un ataque a una planta de producción de explosivos situada en la región rusa de Samara y han reivindicado que es un “objetivo legítimo”.