Mientras se habla de tregua en la guerra de Ucrania entre los principales mandatarios, los ataques sobre el terreno continúan. Un aeródromo cerca de una base de bombarderos estratégicos rusos, en la región de Saratov, estaba ardiendo este jueves tras un importante ataque ucraniano con drones en el sur de Rusia, según las autoridades rusas y los medios de comunicación estatales.
Rusia ha declarado el estado de emergencia en el distrito de Engels, donde la base, a unos 700 km de las líneas del frente en Ucrania, alberga los bombarderos estratégicos pesados rusos Tupolev Tu-160 con capacidad nuclear.
El Ministerio de Defensa ruso informó la mañana del jueves de 132 drones ucranianos derribados sobre las regiones de Satarov, unos 700 km al sureste de Moscú, y la vecina Vorónezh.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, se mostró dispuesto a suspender los ataques a infraestructuras civiles y energéticas en Rusia, después de que el mandatario de ese país, Vladimir Putin, se comprometiera en la víspera a preservar temporalmente el sector energético en una llamada telefónica con el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.
En esta conversación, la primera tras la bronca en el despacho oval, Zelenski dijo que Kiev elaboraría una lista de instalaciones que podrían estar sujetas a un alto el fuego parcial mediado por Washington. Esa lista podría incluir no sólo la energía, sino también la infraestructura ferroviaria y portuaria.
Tras el fin de esta llamada, las autoridades regionales informaron de un ataque masivo con drones en la ciudad de Kropyvnytskyi, en el centro de Ucrania, con imágenes en las redes sociales que mostraban grandes incendios y daños en edificios de apartamentos. El ataque ruso habría dejado ocho heridos, entre ellos un niño.
Ucrania contabilizó la noche del miércoles seis misiles y 145 drones de combate rusos, de los que derribó 75.
Las negociaciones continuarán en Arabia Saudi en los próximos días.