Fin de semana de contrastes para el presidente ucraniano Volodimir Zelenski. El viernes, esperpento y bronca en Estados Unidos durante su reunión con Trump y el domingo, apoyo y respeto en su encuentro con los principales dirigente europeos en Londres. Y parece que el líder ucraniano ha preferido quedarse con el cariño mostrado por Starmer y compañía en la capital británica.
“Dado lo que ocurre, dado el apoyo, simplemente no será fácil reemplazarme”, destacó Zelenski en Londres. El presidente estadounidense Trump le acusó de ser un “dictador” debido a que su país no ha celebrado elecciones a causa de la guerra. Para removerlo, como lo desea el Kremlin, “no se trataría solo de organizar elecciones. También habría que impedir que me presente a las elecciones, lo que sería un poco más complicado”, expresó Zelenski. “Parece que van a tener que negociar conmigo”, ha sentenciado.
El asesor de seguridad nacional de Trump, Mike Waltz, sostuvo el domingo en CNN que Estados Unidos “necesita un dirigente que pueda tratar con nosotros, eventualmente tratar con los rusos, y terminar esta guerra”.