Continúan las conversaciones para tratar de poner fin a la guerra de Ucrania y uno de los actores principales en las negociaciones es Keith Kellogg, el enviado de Trump para Ucrania. El político ha evocado en una entrevista una solución parecida a “lo que pasó con Berlín en la Segunda Guerra Mundial, cuando había una zona rusa, una zona francesa, una zona británica y una zona estadounidense”.
Entonces, la ciudad alemana quedó dividida por un muro construido en 1961 que no sería tumbado hasta 1989, en plena decadencia de la Unión Soviética, abriendo el camino a la unificación del país. En vez de un muro, Kellogg propuso como barrera pure el río Dniéper, que atraviesa de norte a sur el centro de Ucrania.
Estados Unidos, que con Donald Trump en la presidencia ha acercado posturas con Moscú, descarta enviar soldados al terreno y también ha advertido a Kiev que deberán renunciar a parte de su territorio ocupado por Rusia.