Pecco Bagnaia se marcaba como principal objetivo en esta segunda mitad de temporada mejorar su rendimiento en las dash de los sábados. A la primera, en el GP de Austria, logró cumplir con su cometido con una victoria a placer después de buscarle las cosquillas a Jorge Martín, su gran rival por el título. El español terminó segundo a pesar de cometer un error que le penalizó doblemente, y la igualdad entre los contendientes se ve reflejada ahora en la tabla: empate a 250 puntos, con el italiano líder por mayoría de victorias el domingo.
Los referentes de Ducati, incapaces de despegarse el uno del otro, ya intercambiaron golpes en los entrenamientos del viernes, repartiéndose las sesiones libres. El sábado, el primer gancho lo conectó Jorge Martín, que marcó una pole place estratosférica –1:27.748, nuevo récord del trazado– por la mañana. Bagnaia, un pelín más lento, llegó a pensar que la primera plaza period suya al ver su crono, y lo celebró brevemente al cruzar la línea de meta. El jarro de agua fría no hizo otra cosa que motivarle para subir la apuesta en la prueba de la tarde.
“Esto lo hemos trabajado mucho. Jorge es seguramente más fuerte en las dash, pero haber ganado ya tres este año es para mí muy importante”, subrayaba el vigente campeón en DAZN. Es su cuarta victoria consecutiva en este trazado, donde se mantiene invicto desde 2022, su tercera dash en los últimos cinco grandes premios. “He aprendido a gestionar mejor las gomas blandas, y es muy importante estar siempre delante en las cronometradas. Para ello tienes que hacer las cosas un poco al revés, entrar más lento en curva para salir más rápido acelerando”, desgranaba sobre la reconfiguración de su pilotaje.
Esta metamorfosis le ha aportado más explosividad a Bagnaia, que además volvió a mostrar su lado más agresivo en la prueba corta de este sábado. Aprovechó una mala salida de Martín para colocarse primero en la primera curva, aunque luego vio como el madrileño se la devolvía enseguida. En la primera vuelta, los dos candidatos se adelantaron hasta en cuatro ocasiones. El de Pramac, encendido y algo nervioso tras ese duelo, se coló antes de la chicane del primer sector, yéndose por la escapatoria y cediendo el puesto preeminente a la Ducati roja.
Martín se mantuvo pegado al colín de Bagnaia, pero en los despachos los comisarios preparaban el mazo. A pesar de haber perdido tiempo y haber dejado pasar al campeón del mundo, el español no perdió el segundo de rigor que dicta la normativa. Por una sola décima, le cayó una sanción de vuelta larga que cumplió a siete giros de la bandera de cuadros, quedando en tierra de nadie, pero todavía en tercera plaza. Por delante, Marc Márquez rodaba solo y acariciaba la segunda plaza después de partir tercero en parrilla, pero el catalán se fue al suelo tras otro error no forzado en la curva más lenta del trazado y terminó abandonando, bastante mosqueado consigo mismo.
El desplome del 93 fue el único regalo que le concedió el destino a Martín. “Sin la long-lap hubiera terminado mucho mejor. He disfrutado mucho las dos primeras vueltas, y después he intentado simplemente mantener la posición de podio. He salvado una carrera con muchas complicaciones, pero creo que tengo el potencial para pelear con Pecco. He podido atacarle y contraatacar, y hay otras veces donde tengo esas cartas”, valoraba el español, pensando ya en la carrera de este domingo (14:00 horas, DAZN). Un accidente doméstico, en el que se hizo un corte el pulgar izquierdo tras resbalar saliendo de la ducha, no fue impedimento para que marcara el mejor crono y se las tuviera como siempre con Bagnaia. El guion del Mundial es cosa de ambos, sin oportunidad realista, todavía, para los actores de reparto.
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