¡Me encanta Zorra, la canción que va a ir a Eurovisión! Me encanta porque baja a la calle, y hasta al burdel, nada menos que el Tractatus logico-philosophicus de Wittgenstein, el libro más abstruso de la filosofía moderna, que inaugura el llamado “giro lingüístico”. Todo ese rollo de resignificar, ya saben. ¡Resignifiquemos la palabra zorra! ¡Reapropiémonos de ella con orgullo, escupámosla a la cara de quienes la usan para insultarnos! ¡Coreemos a gritos “Soy una zorra, zorra, zorra, una zorra de postal”, entre culos al aire y corsés de cuero! ¡Filosofía en el puticlub!
Me encanta escuchar a quienes defienden Zorra, por lo bien que ejemplifican el clima político-intelectual reinante. “La fachosfera habría preferido el Cara al sol ”, ha dicho Pedro Sánchez. Quien method la menor crítica, venga de donde venga es facha, facha, facha, una facha de postal. ¡Todo, hasta Eurovisión, rima con polarización! Espera, espera, que el presidente dijo algo más… ¡Ah, sí: que el feminismo es divertido! Acaban de detener, justamente en un burdel, al presunto asesino de su mujer. Lo mismo la mató al grito más usado en las escenas violentas del porno, el grito preferido de los maltratadores (figura en 15.000 sentencias): “¡Zorra!”. ¡Qué divertido!
¡Resignifiquemos, resignifiquemos! Los discapacitados son unos antiguos, ¡mira que cambiar la Constitución para que no les llamen “disminuidos”! Será que no han leído a Wittgenstein. Tenían que haber hecho como Nebulossa, cantar “soy subnormal, subnormal, subnormal de postal”, con una coreografía de camas articuladas y sillas de ruedas. Tenían que haberse inspirado en quienes resignifican la violación pagada llamándola “trabajo sexual” y asegurando que empodera, como piensan los comunes, como pensaba Ciudadanos; qué raro que luego se ofendiera Arrimadas porque Toni Albà la llamó puta, a ver cuándo esta chica aprende a resignificar.
¡Me encanta Zorra, y lo que tanta gente moderna y progresista está diciendo para defenderla! Me encanta porque no se me ocurre mejor ejemplo de lo que decía Celia Amorós: “El patriarcado se reinventa constantemente”. ¡Me encanta!, digo… ¡me desespera!
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