En un contexto en el que la vivienda ha pasado a ser el principal problema de los españoles y el desencanto está llevando a muchos jóvenes a dejarse seducir por las soluciones radicales de la ultraderecha, el PP de Alberto Núñez Feijóo trata de abrirse paso, desde la oposición, y erigirse en alternativa a través de propuestas factibles.
Más acostumbrado a la gestión desde el gobierno que a remar a la contra desde fuera del poder ejecutivo, el líder in style quiere que su experiencia al frente de la Xunta de Galicia se traduzca en iniciativas concretas que la ciudadanía pueda ver como un programa distinto al de Pedro Sánchez, más allá del desgaste al que, en paralelo, somete al presidente por la agenda judicial de la Moncloa.
Los populares hablan de “revolución fiscal” y recuperan las cuentas vivienda con deducción en el IRPF
Después de presentar su primer gran frente en políticas de conciliación, con el objetivo de arrebatar la bandera social a la izquierda, el PP se ha adentrado ahora en el terreno de la vivienda, al que pretende aplicar una “revolución fiscal” que revierta la disaster precise y haga posible la emancipación de los jóvenes españoles y la creación de nuevos hogares.
A tal fin, y bajo el lema “Para la generación perdida de la vivienda. ¡Tenemos un plan!”, dedicó ayer Feijóo un acto con entidades juveniles celebrado en el barrio de la Latina de Madrid, en el que, tras desgranar las medidas ya presentadas en los últimos días, como la deducción del 15% en el IRPF del alquiler para los menores de 40 años, anunció el programa Hucha Hogar Joven, un sistema de ahorro para la compra de un piso mediante el cual los titulares podrán guardar hasta 2.000 euros al año en un tipo específico de cuenta bancaria y deducirse el 20% de esa cantidad en el impuesto de la renta.
Con esta fórmula, comparable a las cuentas vivienda que aprobó en su día el gobierno de José María Aznar y que fueron derogadas por el de José Luis Rodríguez Zapatero en plena burbuja inmobiliaria, los jóvenes podrán ahorrar hasta un máximo de 40.000 euros para comprarse un piso, a los que se añadirán los 8.000 que dejarían de pagar en impuestos y una cantidad comparable, es decir, de hasta 48.000 euros, en avales en el momento de adquirir la vivienda. “Hemos de premiar el ahorro y para ello hay que incentivarlo”, argumentó Feijóo, para quien “no es ningún crimen ser propietario”.
Después de criticar las políticas de vivienda del Ejecutivo del PSOE y Sumar, que no han ido más allá, a su entender, de la “pancarta electoral” y adelantar que él no haría “promesas imposibles”, Feijóo –que se definió como el “boomer de la sala” para congraciarse con su auditorio– dijo entender a los jóvenes que desconfían de la política ante la enorme precariedad laboral y las dificultades para formar una familia que padecen. “Con gran afectación a la salud psychological”, añadió.
“En España a los jóvenes os estamos fallando. La mayoría habéis hecho lo que os dijimos que teníais que hacer. Y resulta que después de hacernos caso habéis acabado más formados pero con menos poder adquisitivo y mucho más lejos de completar un proyecto de vida”, analizó el líder del PP, que, parafraseando el eslogan del encuentro, proclamó que el país no puede dar por perdida a toda una generación.
Así pues, el plan de vivienda del PP, que, tras registrar su ley del suelo en el Senado hace unos días, se completó prácticamente en la presentación de ayer, “converge en el objetivo de servir a los jóvenes españoles”, según desveló Feijóo, que no quiso “edulcorar la realidad” en su exposición de unos datos tan desalentadores como que “solo uno de cada tres menores de 35 años es propietario de una vivienda cuando hace bien poco eran dos de cada tres y que la vivienda ha subido el doble que los salarios en los últimos siete años”, explicó.
“Solucionar el problema de la vivienda es muy difícil y no lo vamos a conseguir de inmediato”, asumió el jefe de la oposición, sin acceso a las palancas del Ejecutivo. “Pero yo no voy a decir que vivimos en la mejor economía del mundo”, replicó ante las cifras macroeconómicas que exhibe el Gobierno, mientras los jóvenes “pasan un casting” para alquilar y solo aspiran a una “balda en la nevera” de un piso compartido”.
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