España todavía no se plantea la posibilidad de enviar tropas de interposición a Ucrania ante un eventual acuerdo de alto el fuego. “No me gusta hacer política ficción”, ha dicho este viernes el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, después de un almuerzo con su homólogo francés, Jean-Noël Barrot, en París.
El titular del Quai d’Orsay también ha sido cauto, aunque sí más explícito que Albares sobre el futuro, pues ha admitido que “los franceses, los españoles y los europeos deben habituarse a la concept de que tendrán que asumir una parte más importante de carga para su seguridad y la seguridad del continente europeo”. “No es una concept nueva, nos preparamos”, añadió.
Después de la reciente reflexión pública del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, de que serán necesarios al menos 200.000 soldados extranjeros para garantizar que se respeta la tregua, las cancillerías europeas son prudentes y, si hay diálogo, este se hace con discreción, fuera de los focos.
Albares no quiso dar ninguna pista ni comprometerse. “No me gusta hacer política ficción -afirmó-. La política exterior se hace sobre hechos, no sobre hipótesis, y desgraciadamente los hechos en estos momentos son que solo hay uno que habla de paz, que es el presidente Zelenski, y de hecho ha puesto encima de la mesa un plan de paz. Siempre que oigo hablar a Putin habla de guerra, de no abandonaremos la guerra, ganaremos la guerra. Por lo tanto, desgraciadamente, tengo la impresión que una de las dos partes no quiere pensar en la paz”.
Ante esta situación, el ministro insistió en que “los europeos nos tenemos que concentrar en ayudar a Ucrania, tanto tiempo como sea necesario, para defender su integridad territorial, su democracia y a través de ella también la seguridad europea”. Según Albares, el día que haya una esperanza de paz, “nadie debe decidir nada sobre Ucrania sin Ucrania y nadie debe decidir nada sobre la seguridad europea sin Europa”.
Aludiendo a la nueva Administración Trump y la tentación de ceder demasiado ante Rusia, Barrot alertó de que “no habrá un acuerdo de capitulación de Ucrania que sea al mismo tiempo beneficioso para los Estados Unidos y para los europeos”. El ministro francés puso énfasis en que Ucrania pueda entrar en las negociaciones con Rusia desde una posición de fuerza.
Ambos ministros mostraron sus posiciones no coincidentes sobre el acuerdo comercial con Mercosur, al cual Francia se sigue oponiendo. Barrot sugirió la posibilidad de corregir el acuerdo con “cláusulas de salvaguarda” y “frenos de urgencia” para evitar la desestabilización de sectores, en especial el agropecuario, como ya se activaron con algunos productos ucranianos después del inicio de la guerra.
Albares destacó que Francia es el primer cliente de España y el tercer proveedor, y que las empresas francesas instaladas en territorio español dan empleo a 400.000 personas. En Francia viven 300.000 españoles y en España residen 115.000 franceses. El encuentro entre los ministros se ha producido en el segundo aniversario del tratado de Barcelona sobre amistad y colaboración bilateral. Barrot recordó que los policías españoles fueron el primer contingente de fuerzas del orden extranjeras que acudieron a ayudar a Francia para la seguridad de los Juegos Olímpicos. Albares agradeció, en fin, “la posición constructiva” de Francia para que el catalán, el euskera y el gallego sean oficiales en la Unión Europea y “su comprensión” hacia “la identidad plurilingüe” de España.