Fuente de la imagen, Reuters
- Autor, Steve Rosenberg
- Título del autor, Corresponsal de la BBC en Moscú
El drama del viernes en el Despacho Oval provocó una rápida reacción de muchos líderes mundiales.
Pero no de Vladimir Putin. De momento, el líder del Kremlin no ha hecho ningún comentario.
Pero en realidad no necesita decir nada. El presidente Putin puede permitirse el lujo de sentarse y ver cómo se desarrollan los acontecimientos.
Donald Trump calificó que la disputa pública con el presidente Zelensky como “un gran acontecimiento televisivo”.
No cabe duda de que Vladimir Putin habrá disfrutado del “present”, el dramático espectáculo de Volodymyr Zelensky, líder del país invadido por el presidente Putin, siendo reprendido por el presidente y el vicepresidente de Estados Unidos ante los medios de comunicación de todo el mundo.
No obstante, algunos funcionarios rusos sí han comentado lo sucedido en Washington.
En una publicación en las redes sociales, el ex presidente Dmitri Medvédev, ahora jefe adjunto del Consejo de Seguridad ruso, escribió que el presidente Zelenski había recibido “una bofetada en el Despacho Oval”. Pidió a Estados Unidos que pusiera fin a la ayuda militar a Ucrania.
Moscú estaría encantado.
En Telegram, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Maria Zakharova, elogió a Trump y a JD Vance por su “milagrosa contención” al no haber abofeteado al presidente de Ucrania.
Fuente de la imagen, Getty Photographs
Es una señal del aparente nuevo orden mundial en el que, mientras las relaciones entre Estados Unidos y Ucrania corren el riesgo de implosión, ocurre lo contrario con los lazos entre Estados Unidos y Rusia.
En las últimas semanas, Trump y Putin han hablado por teléfono y se han comprometido a colaborar estrechamente. Se habla de una posible cumbre en breve, y ya se han iniciado conversaciones a bajo nivel entre Estados Unidos y Rusia para restablecer las relaciones y debatir una posible cooperación económica.
El presidente Putin ha presentado como incentivo la promesa de lucrativos proyectos conjuntos con los estadounidenses sobre minerales de tierras raras y producción de aluminio.
Las consecuencias de que se rompan las relaciones entre Ucrania y Estados Unidos pueden ser muy graves para Kyiv, pero muy positivas para Moscú.
Si se detuviera el flujo de armas estadounidenses a Ucrania, a los ucranianos les resultaría mucho más difícil defenderse de las fuerzas rusas que han invadido su país, aunque Kyiv goce de la solidaridad y el firme apoyo de los líderes europeos.
Desde hace algún tiempo, Moscú cree que la guerra en Ucrania se desarrolla a su favor. La pelea a gritos en el Despacho Oval habrá cimentado esa opinión.
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