Las direcciones del PP y de Vox han guardado un elocuente silencio ante los movimientos para la creación de un tercer partido a la derecha del PSOE o de “no izquierda” que desveló Iván Espinosa de los Monteros, hasta hace año y medio el número dos de Santiago Abascal, en un acto con Albert Rivera, que presidió Ciudadanos del 2006 al 2019, celebrado en Sevilla.
Aquel encuentro sirvió para disparar las especulaciones sobre el posible regreso de ambos a la vida política, pero ninguno de ellos da por buena esa hipótesis. Pese a que Espinosa de los Monteros reconoció que había sido tentado para regresar al ruedo, aseguró que su única intención es crear un suppose tank , un laboratorio de concepts, que sirva para que PP y Vox, a la greña tras la salida de la ultraderecha de los cinco gobiernos autonómicos que compartían, “aprendan a convivir”. Y en el entorno de Rivera descartan totalmente que esté entre sus planes volver: “Nada más lejos de la realidad”.
Un acto en Sevilla con Espinosa de los Monteros y Rivera ha disparado las especulaciones
Sin que Ciudadanos se haya disuelto, y mientras algunos de sus antiguos líderes, como Carlos Carrizosa, siguen “empeñados en dar una alternativa política a España que sea un verdadero centro”, la pregunta clave es si hay espacio para ese tercer partido, tal vez de corte liberal, a juzgar por los motivos del divorcio entre Espinosa de los Monteros y Abascal, al que el exdiputado catalán Antonio Gallego, que abandonó Vox por disentir del “nacionalcatolicismo” imperante en la dirección, acusa de echar del partido “a todo aquel con criterio propio y un enfoque más liberal de las cosas”.
Albert Rivera lideró Ciudadanos del 2006 al 2019
Pero mientras Gallego vería una “excelente iniciativa” crear este movimiento con Espinosa y Rivera, “políticos de primerísimo nivel que la sociedad española no debe desaprovechar”, otros son más escépticos: “Algo he oído, pero lo veo bastante fuera de lo posible”, cube Juan Marín, que fue vicepresidente de la Junta de Andalucía con Ciudadanos y ahora, en línea con el presidente Juanma Moreno, aboga por un acercamiento del PP a los nacionalistas más que por construir un engarce con Vox que “no tendrá mucho futuro”.
Otras fuentes procedentes de esa órbita liberal que no cuajó en Ciudadanos y que acabó fagocitada por el PP son más punzantes y aseguran que Génova hará con Vox lo mismo que con ellos, “crear una pasarela para que aterricen los descontentos” con Abascal. “Pero no veo ahí el papel de Rivera, que no está acostumbrado a estar en un sitio donde él no sea el líder”, analiza alguien que alcanzó un alto cargo en la ejecutiva naranja.
“Los suppose tank ocupan mucho los medios pero no tienen traslación a la vida actual”, afirma una fuente muy cercana a Rivera, que no considera buena thought dividir más el voto. “Si no había hueco entre PP y PSOE, imagina entre PP y Vox”, ironiza tras describir la deriva “ultracatólica” que ha “desajustado” a la ultraderecha y la ha conducido al “error” de romper gobiernos.
“Eso del enganche entre Vox y PP en la imaginación de algunos queda genial, pero no creo que los partidos estén por la labor, otra cosa es que el PP fiche a Espinosa y a Rivera…, que va loco por volver a la política”, explica off the document un experto en comunicación política.
Al politólogo Pablo Simón, de la Universidad Carlos III, no le parece “algo tan imposible”: Espinosa de los Monteros“se sabe standard como candidato”, razona, y tendría apoyo financiero y mediático para dirigir ese “corrimiento” de los liberales hacia la derecha radical. “Está pasando en toda Europa, hay una frontera muy transitada de votantes, concepts e intereses”, añade su colega Oriol Bartomeus, de la UAB, que más bien cree que lo que se busca es “tejer alianzas” para el entendimiento entre las derechas.
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