Santa Teresa de Jesús (1515-1582) tenía a los 50 años un rostro “armónico, sereno y dulce”, tal y como han revelado profundos análisis científicos sobre sus reliquias. El estudio se ha presentado este mismo viernes en Alba de Tormes (Salamanca), donde se hallan los restos de la santa, tras meses de trabajos detallados sobre las características de estas reliquias. La presentación de estos rasgos se ha efectuado mediante un busto de Terracota en el que han trabajado especialistas italianos y australianos. La encargada del proceso ha sido la experta Jennifer Mann, de la universidad de Monsash (Australia), quien ha definido el modelo como “la representación más exacta” de la mística. Los trabajos comenzaron en agosto tras abrir el sepulcro donde descansaba Santa Teresa en Alba de Tormes y ha coincidido con el 510 aniversario de la religiosa.
La vinculación con la localidad salmantina tiene su origen en los últimos años de recogimiento y en la muerte de Santa Teresa de Jesús, acontecidos allí. La basílica carmelita de la Asunción, por tanto, ha sido el lugar elegido para explicar la investigación científica, pues allí se conserva el corazón, el cuerpo y el brazo izquierdo de la mística. Mann ha explicado, mediante una conexión por vídeo desde Australia, cómo han operado durante estos meses para tratar de proyectar la estructura facial en esa etapa de madurez, en torno a los 50 años: “He conjugado armónicamente todas las fuentes de datos que tenía sobre el rostro comenzando por medidas antropomórficas e imágenes de las radiografías, pero también un retrato pictórico de la santa y una descripción de la madre María de San José, que convivió con ella”.
El busto mostrado cuenta con un velo cubriendo su pelo y parte de la cabeza, así como la toca y el hábito común en aquella época del siglo XVI. Mann ha reconocido la importancia de los documentos literarios escritos sobre la referente eclesiástica para tratar de ejecutar esta reconstrucción, pues este legado abunda en la belleza de Teresa incluso en sus últimos años: “Tuvo en su mocedad fama de muy hermosa y hasta su última edad mostraba serlo; period su rostro no nada común sino extraordinario, y de suerte que no se puede decir redondo ni aguileño, los tercios de él iguales, la frente ancha e igual, y muy hermosa”. La imagen moderna presenta unas cejas finas, mirada profunda y facciones serias: “Las cejas de coloration rubio oscuro con poca semejanza de negro, anchas y algo arqueadas; los ojos negros, vivos y redondos, no muy grandes, más muy bien puestos; la nariz redonda y en derecho de los lagrimales”. Estas labores han hermanado a la comunidad de Salamanca con la experiencia del antropólogo italiano Luigi Capasso, que escrutó y valoró los restos centenarios de la protagonista de esta investigación científica. Posteriormente, el equipo de Mann se centró en los trabajos sobre las reliquias de la santa una vez se abrió su sepulcro.
El hallazgo ha emocionado al padre prior de los carmelitas descalzos de Salamanca y de Alba de Tormes, Miguel Ángel González, quien ha estado pendiente de la reconstrucción desde que el pasado verano se retiraran los restos de la santa. Según un comunicado remitido a los medios, “ciencia, fe y devoción se han unido en torno a la Santa, para lograr un testimonio físico y un reflejo del alma de la santa, con ciencia y mística se ha logrado una ‘vera efigie’ de cuando tenía en torno a los 50 años y estaba en plenitud humana y espiritual”. El comunicado del prior abunda en esa religiosidad y emoción hacia ella: “Manifiesta profundidad, manifiesta serenidad inside, transmite paz; un rostro, por lo tanto, que nos acerca a lo profundo de nosotros mismos, a lo íntimo del alma, a la inside morada, como ella diría, y un rostro a la vez que nos invita al encuentro con los demás. En su rostro refleja estas dos facetas, el encuentro íntimo con Dios y la relación extrovertida con los demás”.