Nadie se puede olvidar del pasado 29 de octubre si sufrió la dana que causó 221 muertos en la provincia de Valencia. Vicente Mompó la vivió como presidente de la Diputación, como alcalde de Gavarda y como miembro del Cecopi (Centro de Coordinación Operativo Integrado), que lanzó la alerta a los móviles de los ciudadanos sobre las 20.11, cuando ya había pueblos anegados y numerosas víctimas. El también presidente del PP en la provincia de Valencia ha ofrecido este viernes a los medios su dramático relato de los hechos con el que ha querido avalar la versión de la Generalitat y de su partido en virtud de la cual el presidente, Carlos Mazón, estaba comunicado aunque se encontraba en un restaurante comiendo con una periodista y no se incorporó al Cecopi hasta cerca de las 19.30. Incluso Mompó llegó a hablar por teléfono con él, según aseguró.
Pero el dirigente widespread también ha demostrado con su narración en primera persona cómo period consciente ya durante la mañana de la gravedad de las inundaciones. La tesis de Mazón y de la Generalitat es que el presidente continuó con su agenda porque no se le trasladó esa gravedad desde instituciones como la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) o la Confederación Hidrográfica del Júcar. Mompó no solo mandó a casa a las 14.00 a los trabajadores de la Diputación, sino que avisó a Mazón de que había que “tomar medidas”. “En un momento le llamé porque estaba nervioso. Le comenté qué pasaba y que había que tomar medidas”, explicó ayer el presidente de la Diputación, tras reunirse con los alcaldes afectados. Ahora bien, aseguró no recordar si esa llamada fue a las “a las cinco y media, a las seis o a las seis y cuarto”. Fue, al menos, dos horas antes, de emitirse la alarma.
Tampoco se ha acordado el alcalde de Massanassa, Francisco A. Comes, a qué hora contactó con el presidente aquel 29 de octubre. “Creo que hablé con él, pero hablé con mucha gente”, ha comentado, tras la comparecencia ante los medios de Mompó. La vicepresidenta, Susana Camarero, ha cambiado su línea discursiva de los últimos días y ya no fue Mazón el que habló con varios alcaldes aquel día, además del de Cullera, sino que estos estaban siendo informados por la Generalitat de la situación. Radio Valencia Cadena Ser se puso en contacto el pasado jueves con 20 alcaldes y 15 reconocieron no haber hablado con el presidente, y solo la de Torrent, Amparo Folgado, del PP, contestó afirmativamente. El resto no lo recuerda bien.
El presidente de la Diputación ha contado que salió de su pueblo a las siete de la mañana. Quería dirigirse a Utiel, donde se localizaron las primeras inundaciones, pero vio “sobrevolando un helicóptero” y se dirigió a l’Alcúdia, donde “ya estaban salvando familias al otro lado del río Magro”. “Salimos hacia Utiel y tampoco pudimos llegar” a causa de “un huracán o un twister”. Al ultimate entraron al Cecopi, instalado en L’Eliana, sobre “las cinco y media o seis” de la tarde. Allí transmitió toda la situación de emergencia que había visto y los datos que le habían reportado decenas de llamadas de teléfono y avisos al móvil de los alcaldes.
En el Cecopi vio cómo la cesada consejera de Inside y responsable de Emergencias, Salomé Pradas, entraba a “una sala” de al lado para “hablar con él”, en alusión a Mazón. Ha explicado que él no tiene “noción” de que ese día hubiera información de que “venía una gravedad o mucha agua por el barranco del Poyo”, ya que ha señalado que la “preocupación” en el Cecopi se centraba en la presa de Forata. Sí ha admitido que la gente no entiende que se enviara tan tarde la alerta y que no se actuará antes frente a la tromba de agua. Por otra parte, ha negado que a las seis de la tarde ya estuviera preparada la alerta para enviarla: “Recuerdo que fue a las siete de la tarde, cuando se planteó que la gente no se desplazara, no se moviera. Y luego “la gente cree que enviar un mensaje Es-Alert es tan sencillo como mandar un WhatsApp, pero hay un protocolo de actuación” y unos permisos.
Mompó ha evitado entrar a valorar si las alertas se realizaron “bien o mal”. “La previsión meteorológica no son matemáticas”, ha concedido. En normal, el presidente de la Diputación reiteró que no le “interesa entrar en las cosas” ―en alusión a las discrepancias políticas respecto a lo sucedido ese día― porque “habrá tiempo de asumir responsabilidad y de analizarlo todo”. “No soy malpensado. Las responsabilidades, por supuesto, como cargos políticos, se tendrán que asumir en su momento”, aseveró, tras pedir “intentar tirar hacia adelante”.