
El 22 de marzo de 1887, el diario El Espectador publicó una primera edición en la que se anunciaba como un periódico “político, literario, noticioso e industrial”. Ese segundo adjetivo ha sido una bandera en el ejercicio de nuestra labor, sobre todo para los que nos hacemos llamar periodistas culturales. Pero también se nos ha encomendado una batalla por sacar del letargo a eso que llamamos “cultura”; para hacer entender a nuestro público que no se trata de un animal doméstico relegado en las salas de los museos y las bibliotecas, sino…