El papa Francisco reapareció en un sencillo balcón del hospital Gemelli de Roma, donde ha pasado 38 días de un ingreso exigente. Está visiblemente más delgado, evidentemente debilitado, pero con la mirada alerta de siempre.
A mediodía, Jorge Mario Bergoglio saludó a la multitud que se había reunido en la plaza central del hospital universitario y, con voz suave, dijo: “Gracias a todos. Saludo a esta señora con las flores amarillas”. Palabras informales, acompañadas de un pulgar levantado, fiel a su estilo, como si dijera: “Aquí sigo”.
Lo aclamaba una multitud feliz, curiosa y, en el fondo, algo sorprendida: unas dos mil personas que lo esperaban bajo el primer sol de la primavera romana.
Tras la bendición, el Pontífice subió a bordo de un Fiat 500 blanco. Quiso modificar el recorrido y se dirigió a la basílica de Santa María la Mayor, donde suele rezar antes y después de los viajes, y en otras ocasiones importantes.
En las calles alrededor del hospital se concentró una multitud espontánea a la que Francisco, visiblemente cansado, respondió con sonrisas y gestos de la mano. Otras personas, también entusiastas, se reunieron en la plaza de San Pedro.
En el Ángelus, difundido por el Vaticano —que el Papa no pronunció personalmente—, Bergoglio habló del conflicto en Oriente Medio. “Me ha dolido la reanudación de los fuertes bombardeos israelíes sobre la Franja de Gaza, con tantos muertos y heridos. Pido que callen inmediatamente las armas y que se tenga el valor de retomar el diálogo, para que sean liberados todos los rehenes y se llegue a un alto el fuego definitivo —añadió el Papa—. En la Franja, la situación humanitaria es de nuevo gravísima y requiere el compromiso urgente de las partes enfrentadas y de la comunidad internacional”.
Ingresado en el Hospital Gemelli de Roma desde el pasado 14 de febrero a causa de una insuficiencia respiratoria aguda debido a una infección polimicrobiana, el Papa ha sufrido varios cuadros clínicos, como una neumonía bilateral severa. “La vida del Santo Padre ha corrido peligro. Las terapias farmacológicas, el suministro de oxígeno de alto flujo y la respiración mecánica no asistida hicieron que registrase una lenta pero progresiva mejora haciendo salir al Santo Padre de los episodios más críticos”, según los médicos.
Periodo de reposo por prescripción médica
El Papa Francisco ya ha empezado la “fisioterapia respiratoria” y los médicos esperan que “en un tiempo breve” pueda volver a su actividad regular. La recomendación es tomarse un periodo de reposo y de convalecencia adecuados.
“Cuando tienes una neumonía bilateral, los pulmones se han visto dañados y también los músculos respiratorios han sufrido dificultades y una de las primeras cosas que ocurren es que se pierde un poco la voz (…) Si lo comparamos con hace diez días hemos registrado una mejora importante”, han destacado los médicos.
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El physician Sergio Alfieri del Hospital Gemelli ha detallado que en el caso de los pacientes ingresados con perfil related al del Papa, de su edad y con problemas crónicos respiratorios, los “últimos progresos son en casa”.
“Los últimos progresos son en casa porque en el hospital, aunque parezca raro decirlo, es el peor lugar donde puedes estar para hacer la convalecencia porque ahí puedes coger más infecciones”, ha asegurado Alfieri, que ha destacado que el Papa “no es diabético”, al ser preguntado por la prensa sobre las diferentes pruebas que se le han hecho durante su hospitalización.
En la última semana, el Papa Francisco ha experimentado una recuperación “más veloz”, según los médicos comparecientes, quienes han asegurado que si “se mantiene esta tendencia podrá retomar la actividad lo más pronto posible”.
No fue hasta hace casi una semana, el 16 de marzo, cuando el Vaticano distribuyó una foto del Papa Francisco, la primera tras un mes hospitalizado en el Gemelli de Roma. En la imagen, tomada esa misma mañana, se veía al Pontífice de espaldas, sentado en silla de ruedas y revestido para la misa en la capilla de su habitación.