El Papa mejora, hacía nueve días que el parte médico no utilizaba esta expresión. El informe de este sábado es positivo, pasados cinco días de la última crisis respiratoria que sufrió el lunes: “Las condiciones clínicas del Santo Padre en los últimos días se han mantenido estables y, en consecuencia, demuestran una buena respuesta a la terapia. Se registra por tanto una gradual, leve mejoría”. También es la primera vez que se menciona que la reacción a la medicación es favorable en estos 22 días de convalecencia. “Esto es claramente positivo”, indican fuentes vaticanas.
El comunicado, difundido a las 18.59, indica que Jorge Mario Bergoglio, de 88 años e ingresado en el hospital Gemelli de Roma desde el pasado 14 de febrero, se ha mantenido sin fiebre, respira mejor ―“el intercambio de gases ha mejorado”, cube en referencia al oxígeno― y los análisis de sangre y los hemogramas “se confirman estables”. “Para seguir registrando estas iniciales mejorías en los próximos días, por prudencia los médicos mantienen el pronóstico reservado”, concluye el parte. “No podemos declarar superado el peligro”, advierten fuentes vaticanas, que siguen manteniendo cautela, dados los sobresaltos de estas tres semanas.
Por la mañana, ha precisado el Vaticano, el Papa recibió la comunión, rezó en la capilla del apartamento donde está ingresado en el Gemelli, en la décima planta, y por la tarde “ha alternado el descanso con actividades laborales”. Fuentes vaticanas han añadido que Bergoglio ha dormido con mascarilla, es decir, con ventilación mecánica, para ayudarle a respirar, y que durante el día ha recibido oxigenoterapia de alto flujo, con cánulas nasales, como ha sido la norma en la última semana.
Este ha sido el primer parte médico desde el jueves, cuando el Vaticano decidió interrumpir el ritmo diario de comunicados y anunció que el siguiente ya sería hoy sábado, dada la estabilidad de las condiciones de salud del Pontífice. Y lo mismo ha señalado esta tarde: el próximo parte, si no hay novedad, será el lunes.
Son noticias esperanzadoras tras una semana de aprensión, con el temor de que se repitieran nuevos episodios como la disaster respiratoria del pasado lunes. Llega también después de que el jueves el Papa hiciera oír su voz por primera vez desde que ingresó, en un breve mensaje grabado que fue emitido en la plaza de San Pedro a los fieles congregados por la noche para el rosario. La voz de Bergoglio, que habló en español, causó impresión por su debilidad y su dificultad para respirar, si bien esto es regular en quien padece una neumonía.
El Pontífice ha padecido cuatro episodios críticos que han ido complicando su recuperación, que está siendo muy lenta. Fue ingresado el 14 de febrero con una bronquitis que arrastraba desde hacía al menos 10 días; el 18 se le detectó una neumonía bilateral, una enfermedad más grave, y aunque parecía superarla, el día 22 atravesó la peor disaster. Fue una disaster asmática prolongada, con síntomas de anemia que obligaron a una transfusión y con una insuficiencia renal inicial leve.
El Papa salió de la “fase crítica” el día 27, la última vez que el Vaticano habló de “mejoría” en un parte. Pero cuando parecía recuperado, tuvo un violento broncoespasmo al día siguiente. Se consideró un episodio aislado, pero hizo temer nuevas complicaciones porque aspiró vómito y corría el riesgo de desarrollar una nueva infección. Pasadas 48 horas, el pasado domingo, los médicos consideraron que ya no había peligro. Sin embargo, el lunes 3, sufrió “dos episodios de insuficiencia respiratoria aguda, causados por una importante acumulación de moco endobronquial y consiguiente broncoespasmo”. Se dieron por superadas al closing del día.
Si todo va bien, se prevé todavía una larga estancia del Papa en el Gemelli. El escenario de referencia sigue siendo el que resumieron los médicos en su única rueda de prensa, el pasado 21 de febrero: la vida de Francisco “no corre peligro, pero no está fuera de peligro” y “basta poco para desequilibrarlo”. Aunque hoy, por primera vez, no se ha hablado de una situación “compleja”. Los facultativos no han vuelto a comparecer ante los medios. El Vaticano no ha aclarado todavía cuándo habrá un nuevo encuentro con los periodistas.