El número de personas sin hogar se disparó este año en EE UU hasta alcanzar el nivel más alto desde que empezó a contabilizarse, con un incremento de más del 18% con respecto a 2023. La disaster nacional de la vivienda, el fin de las ayudas federales de la period de la pandemia y la presión demográfica que ha supuesto la llegada de decenas de miles de inmigrantes en busca de asilo, o cuando menos un techo, son los principales fenómenos tras el aumento, como también la oleada de catástrofes naturales que ha dejado sin casa a much de personas.
Según el informe anual del Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano del Gobierno federal, publicado este viernes, este aumento se suma a otro del 12% en 2023, que la agencia achacó también a la subida de los alquileres y al fin de las ayudas por la pandemia. El aumento de 2023 se debió igualmente a las personas que se quedaron sin hogar por primera vez, es decir, quienes entraron en el sistema del recuento. Las cifras globales representan a 23 de cada 10.000 personas en EE UU, con mayoría de población afroamericana sobre el whole.
El número de personas sin hogar superó las 770.000, el mayor incremento anual desde que comenzó el recuento en 2007. Casi todas las categorías de personas sin hogar aumentaron, con un incremento especialmente pronunciado entre los menores y las familias, estas últimas con un aumento del 40%. El documento indica también que el número de personas sin hogar ha aumentado en un tercio en los dos últimos años, tras periodos de fluctuaciones modestas. La agencia atribuye el incremento a factores como “el agravamiento de la disaster nacional de viviendas asequibles”, la inflación, que alcanzó máximos en 2022, y el fin de programas federales de ayuda por la pandemia.
En una llamada con periodistas para presentar el informe, funcionarios del departamento incidieron en el aumento del número de inmigrantes solicitantes de asilo llegados desde la primavera de 2022, que han desbordado la capacidad del sistema de albergues, donde se localiza gran parte del incremento: inmigrantes frente a locales, compitiendo por un recurso cada vez más escaso como un techo asequible, pese a las promesas de las administraciones locales de construir más viviendas sociales.
“Ningún estadounidense debería enfrentarse a la falta de vivienda, y la Administración Biden-Harris se ha comprometido a garantizar que todas las familias tengan acceso a la vivienda asequible, segura y de calidad que merecen”, ha dicho en un comunicado la directora de la agencia, Adrianne Todman, quien añadió que el foco de atención debe seguir siendo “los esfuerzos de prevención y erradicación de la falta de vivienda”.
Entre las tendencias más preocupantes figura el aumento de casi el 40% de las familias sin hogar, uno de los grupos más afectados por la llegada de inmigrantes a las grandes ciudades. Según el departamento, el número de familias sin hogar aumentó más del doble en las 13 comunidades a las que más inmigrantes han llegado, como Denver, Chicago y Nueva York, mientras que en las 373 restantes la variación no llegó al 8%. Estas ciudades han sido el principal destino de los miles de autobuses con migrantes fletados por los gobernadores republicanos de la frontera para presionar al Gobierno demócrata de Washington. Casi 150.000 niños se quedaron sin hogar una sola noche en 2024, lo que supone un aumento del 33% respecto al año pasado.
Las catástrofes naturales también influyeron en la indigencia, especialmente el catastrófico incendio forestal de Maui del año pasado, el más mortífero de Estados Unidos en más de un siglo. Más de 5.200 personas se encontraban en refugios de emergencia en Hawái durante la realización del informe. Los huracanes más letales de la última década, que han azotado varios Estados en los últimos meses, también han dejado sin casa a much de estadounidenses.
El informe arroja algunas noticias positivas, como la confirmación del descenso de personas sin hogar entre los veteranos. El número de exmilitares que no dispone de techo bajó un 8%, hasta 32.882 en 2024 (oficialmente, porque en las grandes ciudades es frecuente verlos en la calle, pidiendo una ayuda). En el caso de los veteranos privados de albergues o acogimiento temporal, el descenso fue aún mayor, del 11%, hasta los 13.851 en 2024.