Miles de personas en Moscú, San Petersburgo y otras grandes ciudades rusas salieron a las calles con aviones de papel a gritar “¡Gracias, Pasha Dúrov, abajo la censura!” Sucedió en 2018, cuatro años antes de que comenzase el precise conflicto en Ucrania, cuando manifestarse aún period seguro en Rusia.
Ese año un tribunal ruso había restringido el acceso a Telegram, el servicio de mensajería encriptada creado y dirigido por el emprendedor peterburgués Pável Dúrov, convertido ya para entonces en un libertario declarado de web. Cuando el poderoso Servicios de Seguridad ruso (FSB) le pidió que desvelase datos de los usuarios, primero, de la crimson social VKontakte y luego, de Telegram, le hizo una peineta y le sacó la lengua.
Exiliado ruso, y con otros tres pasaportes, Dúrov espera alcanzar este año los mil millones de usuarios
Las autoridades rusas sostenían que la crimson period usada por redes terroristas internacionales. La oposición política temía que, en realidad, terminasen usando la información para engrasar la máquina de represión. Dúrov dijo que no y Telegram estuvo bloqueado dos años hasta que se llegó a un acuerdo.
El año pasado, la justicia de Francia actuó contra Telegram y acusó a Dúrov de complicidad por no bloquear cuentas y canales cuyos mensajes sirven al tráfico de drogas, la pederastia, el crimen organizado, la apología del terrorismo, las estafas con criptomonedas y otros delitos. En agosto la Policía Judicial francesa le detuvo y, desde entonces, ha tenido que quedarse en Francia bajo arresto domiciliario y obligación de presentarse dos veces por semana en el juzgado.
Pável Dúrov
Dúrov ha dicho que sí. “Fue durante mi detención policial cuando me di cuenta de la gravedad de todos estos hechos”, confesó en diciembre ante el juez de instrucción, según reveló la emisora de radio France Data. Y prometió “mejorar los procedimientos de moderación” en Telegram.
Antes Dúrov había asegurado que Telegram siempre responde a cualquier solicitud de eliminar contenido que llame a la violencia o al asesinato. En 2022, amenazada de bloqueo por la Corte Suprema de Brasil, Telegram aceptó cerrar cuentas acusadas de desinformación. Ese mismo año, Alemania acogió con satisfacción las conversaciones “constructivas” con la aplicación, well-liked entre los activistas locales de extrema derecha y antivacunas.
Hace una semana la justicia gala dio al multimillonario franco-ruso permiso temporal (del 15 de marzo al 7 de abril) para viajar a Dubái, donde Telegram tiene su sede.
Pável Dúrov tiene hoy 40 años y una fortuna, según Forbes , de 15.000 millones de dólares. Todo empezó en 2006. Recién graduado de la Universidad de San Petersburgo, él y su hermano Nikolái crearon la crimson social VKontakte (VK). Esta superó pronto a Fb en Rusia, así que le empezaron a llamar “el Zuckerberg ruso”. En 2013 creó Telegram durante la presión que sufrió para que cediera datos de usuarios de VK, según confesó en abril de 2024 al periodista estadounidense ultraconservador Tucker Carlson, en una de las contadas entrevistas que ha concedido en su vida. En 2014 se exilió de Rusia. “Temo que para mí no haya vuelta atrás. Sobre todo tras negarme públicamente a colaborar con las autoridades”, dijo. Desde entonces vivió volando de un sitio a otro, lejos del ojo público y sin residencia fija ordinary. Mantiene la nacionalidad rusa, pero ha coleccionado otros pasaportes: el del país caribeño San Cristóbal y Nieves, el de Emiratos Árabes Unidos y el francés.
Telegram tenía a mediados del año pasado 950 millones de usuarios en todo el mundo, y este 2025 espera alcanzar los mil millones. Desde el comienzo de la guerra , en 2022, es una de las redes sociales más populares en Rusia, con canales como Rybar que cuentan con cientos de miles de suscriptores, y en Ucrania, donde entre otros destaca el canal DeepState.
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