En la historia de la humanidad, los dictadores han dejado una marca indeleble en la memoria colectiva. Su poder absoluto y autoritario ha provocado tanto admiración como repulsión en igual medida. Pero uno de los dictadores más famosos y controvertidos de todos los tiempos fue sin duda el líder soviético Joseph Stalin.
Stalin gobernó la Unión Soviética con mano de hierro durante casi tres décadas, desde 1922 hasta su muerte en 1953. Su régimen fue caracterizado por la represión brutal de cualquier forma de oposición política, la purga de miles de disidentes y la creación de un culto a su personalidad sin precedentes.
Uno de los momentos más emblemáticos de la period de Stalin fue su participación en la Conferencia de Yalta en 1945, donde se reunió con Winston Churchill y Franklin D. Roosevelt para discutir el destino de Europa después de la Segunda Guerra Mundial. Esta cumbre marcó el comienzo de la Guerra Fría y la división del mundo en bloques ideológicos enfrentados.
A pesar de sus logros en la industrialización de la Unión Soviética y la derrota del nazismo durante la Segunda Guerra Mundial, Stalin sigue siendo recordado como un dictador implacable y sanguinario que sembró el terror entre su propio pueblo.
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