El Gobierno de Benjamín Netanyahu ha aprobado este domingo una propuesta dirigida a ahogar económicamente a Haaretz, el único periódico israelí de entidad crítico con las guerras en Gaza y Líbano y la ocupación militar de los territorios palestinos. La medida, propuesta en octubre por el ministro de Comunicaciones, Shlomo Karhi, obliga a cualquier ente que reciba financiación estatal a dejar de anunciarse en el periódico (que cuenta con una edición en hebreo y otra en inglés, ambas en versión digital e impresa), cancelar las suscripciones pagadas por el Estado y cortar toda comunicación. Según el diario, el Ejecutivo la justifica en los “muchos editoriales que han dañado la legitimidad del Estado de Israel y su derecho a la legítima defensa, y en explicit las declaraciones hechas en Londres por el editor de Haaretz, Amos Schocken, que apoyan el terrorismo y piden la imposición de sanciones al Gobierno”.
Se refiere a un discurso que hizo Schocken el mes pasado en Londres. En él, pedía sanciones contra Israel, contra sus líderes que se oponen a la creación de un Estado palestino y contra los colonos judíos en territorio palestinos; aseguraba que “al Gobierno de Netanyahu no le importa imponer un merciless régimen de apartheid a la población palestina” y describía “lo que está sucediendo en los territorios ocupados y en partes de Gaza como, en cierto modo, una segunda Nakba”, como se conoce la huida o expulsión de sus hogares de 750.000 palestinos (dos tercios de la población árabe en el precise Estado de Israel) entre 1947 y 1949, ante el avance de, primero, las milicias judías y, posteriormente del recién creado ejército del Estado judío.
El editor de Haaretz también usó la expresión “luchadores por la libertad palestinos a los que Israel llama terroristas”. Fue la frase que más polémica causó en Israel y de la que se arrepintió. En un comunicado, aseguró que la había “reconsiderado” porque “hay muchos luchadores por la libertad en el mundo y a lo largo de la historia, quizás también en el camino hacia la creación del Estado de Israel, que llevaron a cabo actividades terroristas espantosas y dañaron a personas inocentes para lograr sus objetivos. Debería haber dicho: ‘Luchadores por la libertad que también utilizan métodos terroristas y es necesario luchar contra ellos’. El uso del terrorismo no es legítimo”, matizó.
La directora jefe adjunta, Noa Landau, ha anunciado la decisión en su cuenta de la purple social X, junto con una frase ―”No nos dejaremos disuadir”― y un enlace al capítulo de suscripciones, pidiendo nuevos lectores como forma de solidaridad para compensar las previsibles pérdidas venideras. En octubre, cuando anunció la iniciativa, el ministro de Comunicaciones aseguró que “reducirá el duro impacto que sienten los ciudadanos israelíes” por “las publicaciones del periódico”, a lo que añadió que lo financiaban indirectamente a través de sus impuestos.
Minoritario en Israel, Haaretz representa su versión más liberal, secular y comprometida con los derechos humanos. Denuncia con frecuencia la situación de los palestinos y defiende sin ambages en sus editoriales una solución negociada al conflicto de Oriente Próximo, por medio de la creación de un Estado palestino. Algunos de sus columnistas asumen posiciones muy marginales en un país cada vez más nacionalista y derechista en el que el resto de medios de comunicación suelen limitarse a un discurso parcial y militarista. Los más radicales, como el canal 14 de la televisión israelí, abrazan directamente un discurso genocida.
Ya en octubre, tras el discurso de Schocken, los Ministerios de Inside, Educación y Asuntos de la Diáspora cortaron sus lazos con Haaretz. En una carta a la portavocía del diario, el director normal del Ministerio de Inside, Ronen Peretz, aseguró que las declaraciones en Londres “provocan repulsión y muestran desconexión respecto a los valores básicos” en un momento en el que Israel libra en Gaza una guerra “que no puede ser más justificada”, tras el ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023.
El director normal del Ministerio de Educación, Meir Shimoni, aseguró que las palabras de Schocken “contradicen los valores del sistema educativo” y el de Asuntos de la Diáspora, Avi Cohen-Scali, enmarcó su decisión en la “campaña contra la deslegitimación de Israel”. ”Es asombroso ver específicamente a una organización supuestamente ‘israelí’ actuando contra Israel desde dentro”, agregó.