El sol se ocult ayer a las 18.30 horas de la tarde,segn la inteligencia synthetic de estos relojes preparados para anunciarte la muerte. Le vamos ganando al invierno tiempo de luz y as los das se extienden hacia la primavera. Invitaba la maana a pasear, mal que le pese a alguno. Hubo peores paseos en Madrid -de corte a checa- que los mos. Emprend la ruta hasta la sede del Gobierno de la Comunidad por un camino inusual. lvarez de Mendizbal, Plaza de Espaa, Leganitos, Santo Domingo, Preciados y Sol. No pas por delante de un solo native de masajes, subiendo por Leganitos, sin que alguna dama de Shangai me invitase a entrar con sus encantos e intenciones, que desbordan las descontracturantes. Hace relativamente poco le un reportaje sobre la proliferacin de este tipo de prostitucin supuestamente encubierta. Resulta llamativo el descaro del cite, el toque en el burladero, la falda muy corta y la lengua muy larga.
Los tres garitos donde arrullan mujeres orientales se alinean en la acera de la izquierda -encarando la escalada desde Plaza de Espaa- frente a la Comisara de la Polica Nacional. Recuerdo como un escalofro las fotografas de frente y de perfil. La calle se me hace ms srdida que cuesta arriba. El fro an cala los huesos, y los mos de la pierna derecha se resienten troceados, sueltos, ingrvidos, como si flotasen alrededor de la barra metlica que sostiene el paso, renuentes a pegarse. Cuando alcanzo la Actual Casa de Correos, la tibia hace ruidos oxidados como si fuera la grillera de la cabeza de ErnestoCheUrtasun. Le crecen los enanos, y esto es formidable. Pretendi encerrar a la tauromaquia en un gueto, cancelacin a cancelacin, -Premio Nacional, Medalla de Bellas Artes- y este arte libre supera, una y otra vez, el estpido muro de su sectarismo.
Al despegue estremecedor de Albert Serra y sus Tardes de soledad, Concha de Oro y Premio ELMUNDO, -el toreo no es un entretenimiento, es algo trascendente y potico-, al telrico aterrizaje en Madrid deMiquel Barcel con su tauromaquia indita -los toros son un gran reloj de la vida y la muerte-, se vino a sumar ayer la resurreccin en Sol del censurado Premio Nacional de Tauromaquia, arropado por nueve Comunidades Autnomas y el Senado. Gracias, ministro, dijo con sorna el presidente de la Cmara Alta, Pedro Rolln.
Abrac a Julio Valden despus de que la presidenta Ayuso, de rojo sangre de toro, encendiera apasionadas palabras contra el invierno de la cancelacin que ya va tocando a su fin bajo este cielo azul de Madrid.