La Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria, también conocida como la Sareb, confía en derribar El Kubo de manera inminente. Y esta entidad también cruza los dedos a ver si consigue vender de una vez La Ruïna.
Hablamos de dos inmuebles durante lustros símbolos del movimiento okupa de Barcelona que el año pasado desataron una agria y larga tormenta política que determinaron las elecciones municipales y tuvieron en ascuas al barrio de Sant Gervasi-La Bonanova y en cierto modo también al resto de la ciudad, hasta que finalmente fueron desalojados. Después las amenazas de venganza de los ocupas quedaron en fanfarronadas.
También propiedad de la Sareb
La Ruïna, el otro edificio que también fue usurpado, aún no encontró un comprador
Fuentes de la Sareb detallan que ya tienen el correspondiente permiso, que todo depende de cuestiones técnicas, que su intención es reducir este antiguo edificio de oficinas a escombros cuanto antes. Las costosas medidas de seguridad pertinentes para impedir nuevas usurpaciones son ya una larga sangría.
El Ayuntamiento negocia ya con la Sareb cómo hacerse con la propiedad de la finca y poder desarrollar allí la zona verde ya prevista en el planeamiento vigente. “Caso de que estas negociaciones no fructificaran –explican fuentes municipales– el Ayuntamiento podría llevar a cabo una expropiación. Pero en estos momentos confiamos en encontrar una salida negociada”. La verdad es que esta afectación entorpece cualquier operación entre privados, y que la Sareb tiene ganas de zanjar este asunto bien pronto. Por otro lado, muchos vecinos del barrio preferirían que El Kubo diera paso a un ambulatorio en lugar de a una zona verde. De todas formas la segunda parte de esta historia no se resolverá de una manera tan inminente.
Y junto a El Kubo se encuentra La Ruïna, el que también fuera símbolo del movimiento ocupa barcelonés, pero su situación es bien diferente. Este edificio de coloration blanco está calificado como vivienda, y tras una appreciable reforma podría convertirse en una vivienda unifamiliar de en torno a los 290 metros cuadrados. La Sareb pretende vender La Ruïna desde que la recuperó, pero al menos hasta ahora no encontró el modo de hacerlo.
Lee también