El Consell de la República se halla sumido en una disaster desde hace meses, sin líder y sin dirección. El retorno del expresident Carles Puigdemont a la presidencia y a la sala de mando de Junts per Catalunya descabezó la entidad, que sufre además descrédito por las presuntas irregularidades en el ámbito económico del ya exvicepresidente de la entidad, el eurodiputado electo y exconseller Toni Comín, a quien los gestores de la organización le acusan de haber destinado dinero de las donaciones que recibe el Consell para usos personales.
Al frente de la entidad, que tenía sede en Bélgica a través de dos sociedades y también cuenta con una ahora en España, está una gestora de forma interina. Su portavoz, Teresa Vallverdú, anunció que habrá elecciones para elegir a un nuevo líder el próximo mes de febrero, entre los días 8 y 12, pero a día de hoy nadie se ha postulado de forma abierta para ocupar la dirección de la entidad, según fuentes consultadas por este medio. Una de las personas a las que se sondeó fue al expresidente de la Generalitat, Quim Torra, pero declinó el ofrecimiento.
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La organización hizo el anuncio de la votación –que será telemática– el día de Navidad, si bien la convocatoria formal de las elecciones internas será el martes de la semana que viene, el día 7 de enero.
Vallverdú aprovechó la tradicional ofrenda floral en la tumba del president Francesc Macià para desvelar la fecha de la votación y pidió “colaboración y participación para intentar hacer un Consell más fuerte, pero sobre todo un Consell que pueda servir al país”.
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Asimismo, la también dirigente de JxCat expresó su convicción de que de ese proceso interno y de la renovación saldrá una entidad “más fuerte y transversal y con fuerza para representar el país”.
Así las cosas, ningún dirigente relevante del ámbito independentista ha dado muestras de interés por el liderazgo de la entidad. Con todo, lo que sí hay por ahora es organización entre distintas asambleas locales del Consell, que han expresado a la gestora interina su malestar y su disgusto por la gestión en el ente independentista. Lo que sí se ha podido constatar es que existe la voluntad de algunos asociados y activistas de involucrare en la dirección de la entidad, aunque no de ponerse al frente.
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