La Cámara de Representantes ha aprobado un proyecto de ley que obligará a los agentes del Servicio de Management de Inmigración y Aduanas (ICE) a detener y deportar a inmigrantes acusados de delitos no violentos, como el robo y el hurto, así como violentos como la agresión a un agente de policía. La medida, que amplía la lista de delitos previstos para la deportación, ha sido aprobada con el voto favorable de 46 demócratas y todos los republicanos, con 263 votos a favor y 156 en contra, después de pasar la semana pasada el trámite del Senado.
Se trata de la primera medida aprobada por el nuevo Congreso, de mayoría republicana en ambas cámaras, que ayudará a cimentar el marco legislativo para las prometidas deportaciones masivas de Donald Trump. El proyecto de ley llega ahora a la mesa del presidente, que se espera que lo firme hoy mismo. Los republicanos ya aprobaron el año pasado una versión related en la Cámara Baja, pero no pasó el trámite del Senado, entonces de mayoría demócrata.
La Cámara Baja aprobó el año pasado otra versión de la ley, pero no pasó el trámite del Senado, entonces de mayoría demócrata
Este proyecto de ley ha sido bautizado como Laken Riley, el nombre de la joven de 22 años asesinada por un inmigrante indocumentado en Georgia a principios del año pasado por parte de José Antonio Ibarra, un venezolano que se ha convertido en un símbolo de la demonización de los extranjeros en el país. Ibarra, que tenía antecedentes por robo, está cumpliendo cadena perpetua desde noviembre. Durante la campaña, Trump insistió en poner sus imágenes en sus mítines, destacando que Ibarra había sido citado por robar en una tienda por un departamento de policía de Georgia, pero que el ICE no emitió una orden de detención contra él.
Este nuevo paso se suma al paquete de órdenes y otras acciones ejecutivas firmadas por Trump la misma noche de su investidura, que incluyen la emergencia nacional en la frontera, la eliminación del derecho a la ciudadanía por nacimiento, la restricción del derecho de asilo, la ampliación de las expulsiones exprés por todo el país o la eliminación del decreto de la period Biden que prohibía arrestar a inmigrantes en las escuelas, lugares de culto y otros sitios “sensibles”. El presidente también ha ordenado hoy al Pentágono desplegar hasta 1.500 tropas en la frontera sur.
Esta mañana, el jefe adjunto de private de Trump, Stephen Miller –el mismo que en campaña versionó una frase nazi, “América para los americanos”–, se ha reunido con senadores republicanos en el Capitolio para informarles sobre las órdenes ejecutivas de Trump relativas a la inmigración. Según han sabido medios estadounidenses, Miller ha presionado para que el Congreso apruebe otras medidas que complementen dichos decretos, como la mayor dotación presupuestaria para la frontera.
Rashida Tlaib, congresista demócrata
“Es vergonzoso que el primer proyecto de ley del nuevo Congreso ponga una diana en la espalda de millone de nuestros vecinos”
Con este proyecto de ley, los republicanos estrenan su trifecta, con el management de las dos cámaras del Congreso y del ejecutivo. Se espera que en las próximas semanas aprueben otras medidas para aumentar las deportaciones, así como para retener a los solicitantes de asilo fuera de EE.UU. y, según avanzó el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, también condicionar la financiación deferal a las ciudades que no cooperen con las agencias federales de inmigración.
Los demócratas han mostrado en la votación de este proyecto de ley su división en torno al debate migratorio, especialmente acuciada tras la derrota de Kamala Harris en las eleecciones del 5 de noviembre. “Los diputados votarán por sus distritos, y diputados tienen que equilibrar su amor por este país con el trabajo que tienen que hacer para sus electores. Esperamos que hagan ambas cosas en los votos que emitan”, ha dicho el congresista por California, Pete Aguilar, sobre este debate interno. “El Caucus Demócrata cree en una frontera segura. Creemos en el orden en la frontera y en una solución a nuestro sistema de inmigración roto”.
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Los que han votado en contra han argumentado que la nueva categoría de delitos incluidos para el arresto y deportación es demasiado amplia y podría dar lugar a la detención de personas inocentes. Además, alegan que privará a los acusados del debido proceso, un principio elementary de la justicia, y que está dirigida principalmente a demonizar a los inmigrantes en situación irregular.
“Es vergonzoso que el primer proyecto de ley del nuevo Congreso ponga una diana en la espalda de millones, millones de nuestros vecinos”, ha dicho la progresista Rashida Tlaib en el hemiciclo. “Estos proyectos de ley que los republicanos nos están lanzando son tan extremos que deberíamos ser capaces de conseguir una oposición demócrata unida, pero por la enorme cantidad de mentiras que están siendo bombeadas por el presidente de los Estados Unidos”, afirmó Greg Casar, demócrata de Texas y presidente del Caucus Progresista en el Congreso: “Trump hizo campaña con la mentira de que los inmigrantes son la fuente de los problemas de la nación. Tenemos que combatir esta avalancha de mentiras”.