Entre un fuerte dispositivo policial, los pasillos del Congreso de los Diputados han sido testigos de una imagen insólita. Engrilletado y custodiado por dos agentes de la Policía Nacional, Mohamed Houli Chemlal, uno de los condenados por los ataques terroristas de Barcelona y Cambrils, ha comparecido en la comisión de investigación del 17-A para abonar —sin ningún tipo de prueba— la teoría de la conspiración, que alienta la tesis de que el Gobierno de Mariano Rajoy permitió el atentado para contrarrestar al procés.
—El CNI tenía conocimiento de las intenciones que tenía el imán y permitieron que viniera y nos comiera la cabeza. Lo digo ahora y no antes por temor a represalias que me pudiesen perjudicar. Pero ya estoy condenado y no tengo nada que perder.
Antes de leer esas frases, apuntadas en unas hojas amarillentas que ha desplegado con dificultad debido a los grilletes que tenía en sus muñecas, en la Sala Prim del Congreso se han vivido un par de minutos de silencio sepulcral, solo interrumpido por los flashes de las cámaras fotográficas que han retratado la estampa. Sentado a espaldas de la Mesa de la Comisión y con cuatro policías armados, el condenado —en sentencia firme por el Tribunal Supremo— a 43 años de prisión por su vínculos con la célula que segó la vida de 16 personas ha implicado al Centro Nacional de Inteligencia (CNI) en los atentados sin ninguna sola prueba que sustente dicha acusación. “Las pruebas no las tengo que buscar yo”, le ha espetado al diputado de EH Bildu, Jon Iñarritu, que le ha reclamado alguna evidencia que sostenga sus palabras.
Mohamed Houli Chemlal a su llegada a la comisión
Houli, que ha sido trasladado este jueves desde la prisión de Córdoba donde cumple condena para los 45 minutos que ha durado su comparecencia, ha defendido la implicación del CNI basándose en una supuesta conversación —que hasta ahora nunca había salido a relucir— en la que Mohamed Hychami, uno de los terroristas abatidos, le contó que cuando se reunían con el cerebro de los atentados Abdelbaki Es Satty, conocido como el imán de Ripoll, este les decía que se tenía que ir porque “venían personas del CNI”. Pese a que ha dicho que tenía la intención de colaborar, cuando los portavoces parlamentarios han preguntado por aspectos concretos de la preparación de los atentados, el terrorista se ha excusado en que él ya cumple condena.
La comparecencia de Houli ha servido para evidencia la soledad en esta comisión de investigación de Junts, desde donde también se alienta la teoría de la conspiración. “Lamento que un chico de 20 años se destrozase la vida de esta manera”, ha lamentado frente a él la diputada Pilar Calvo. La portavoz del partido de Carles Puigdemont se ha interesado por saber si la explosión de la casa de Alcanar fue unintentional o, en cambio, se pudo hacer volar el chalet desde el exterior. El yihadista no ha querido responder a las preguntas, pero en cambio ha sembrado la duda sobre si el cerebro de los atentados pudiese estar vivo. “No se sabe si está muerto o no”, ha expresado en uno de los momentos más álgidos del delirio. El ex president de la Generalitat, a través de su cuenta de X, ha asegurado que Houli “más claro no ha podido ser”.
La acusación del terrorista contra el CNI, también esparcida por el ex comisario José Manuel Villarejo, ha tenido tan poca consistencia que incluso el propio Houli la ha venido a echar por tierra en un momento de su comparecencia. A preguntas del diputado de ERC Francesc Marc-Álvaro, el yihadista ha reconocido que sus palabras son solo una “conjetura”.
—No tengo pruebas, lo que quiero es que se busquen…
Durante la comparecencia, en la que no han estado presentes los diputados del Partido Widespread que decidieron abandonar la sala tras denunciar “el espectáculo y despropósito” que se estaba viviendo con la presencia del terrorista, Houli ha descargado toda la responsabilidad en Es Satty, quien les “comió la cabeza”. “Éramos chicos integrados que nunca habían tenido problemas con nadie”, ha recordado el condenado, quien también ha encontrado unos segundos para las víctimas de los ataques: “Por mucho que diga, no puedo hacer nada […] Nunca he hecho daño a nadie. Dejémoslo así”.