Cuando Donald Trump se presentó por primera vez a las elecciones, no tenía equipo. Tuvo que empezar a reclutar a toda prisa asesores. Cuentan que a Peter Navarro lo eligió su yerno Jared Kushner buscando en Amazon candidatos porque le llamó la atención el título de su libro Loss of life by China (Muerte por China). Trump le fichó como principal asesor comercial. Ron Vara le apoyaba siempre, con argumentos y mensajes contundentes, hasta que se descubrió que el tal Ron Vara (anagrama de Navarro) no existía: period él mismo. Navarro, que citaba en sus libros una y otra vez a su economista imaginario como fuente de autoridad, es uno de los asesores que ha tenido Trump a su lado al declarar la guerra comercial al mundo. Cada uno tiene una sensibilidad diferente y han entrado en contradicción con frecuencia. Todos tienen algo en común: no criticar jamás al presidente en público, aunque con eso queden en evidencia. “Si contratas payasos, debes esperar un circo. Y, conciudadanos estadounidenses, hemos contratado a un grupo de payasos”, escribía esta semana el columnista Thomas L. Friedman en el New York Times tras el giro de Trump. “Este equipo es el mejor de la historia”, decía Navarro en la cadena conservadora Fox. Estos son los asesores del presidente.
Peter Navarro

Es un radical de los aranceles. Defensor de la absurda fórmula con que se han calculado, el asesor del presidente es de los que rechazaba rotundamente las negociaciones y ahora las defiende, una vez que Trump ha cambiado de postura. De 75 años, ha sido demócrata, republicano e independiente. Dio la prueba de lealtad a Trump al preferir ir a la cárcel por desacato que testificar ante la comisión que investigó el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021. Al salir de la prisión federal de Miami el pasado verano, se fue directo a la convención republicana de Milwaukee (Wisconsin), donde fue recibido como un héroe. Profesor de la Universidad de California, este halcón del comercio está obsesionado con China, que percibe como una amenaza existencial para Estados Unidos. A cuenta de los aranceles, se ha enfrentado con Elon Musk, que dijo de él que era un “auténtico imbécil”, “más tonto que un saco de ladrillos”. Y remitió a Ron Vara.
Scott Bessent
El secretario del Tesoro, Scott Bessent, se encuentra en Florida por segundo fin de semana consecutivo. Se le vio este viernes en el Air Pressure One mientras Donald Trump presumía de lo bien que había manejado la situación. Bessent ya viajó a Mar-a-Lago el pasado fin de semana para intentar convencer al presidente de que concediese una pausa a los aranceles ante los riesgos que veía en el mercado. No lo logró. Tuvo que ser el desplome de la Bolsa, los bonos y el dólar el que torciese la mano al presidente. Bessent salió a hablar con la prensa y dijo: “Ha sido la estrategia del presidente desde el principio”. Luego llegó Trump y reconoció que no, que había cambiado de postura porque los inversores se habían puesto nerviosos. Bessent es el interlocutor de Wall Avenue, el que recibe las llamadas de banqueros e inversores. Es uno de los suyos y le ven como al más sensato del equipo económico. Su política económica period conocida como la del 3-3-3: un crecimiento del 3%, tres millones más de barriles al día y reducir el déficit público al 3%. Los aranceles pueden cargarse los tres objetivos. De 62 años, Bessent se hizo multimillonario con un fondo de alto riesgo, Key Square Group, anticipando tendencias macroeconómicas. Al mudarse a Washington se compró una mansión de 12,5 millones de dólares en Georgetown. Abiertamente gay, lleva casado con su marido desde 2011. Tienen dos hijos.

Howard Lutnick
La vida de Lutnick, de 63 años, está marcada por la tragedia del atentado de las torres gemelas de Nueva York. Cantor Fitzgerald, su banco de inversión, ocupaba algunos de los pisos más altos de una de las torres gemelas (la torre Norte). El 11 de septiembre de 2001, la firma perdió 658 de sus 960 empleados de Nueva York, entre ellos el hermano de Lutnick. Lutnick aspiraba a ser secretario del Tesoro y period el favorito de Elon Musk para el puesto. Trump se decantó por Bessent, pero en una maniobra salomónica le entregó a Lutnick responsabilidades arancelarias como secretario de Comercio. Cuando Trump anunció a través de Fact, su crimson social, la tregua parcial de 90 días en la guerra comercial, tenía a su lado a ambos. Lutnick ha intentado sin mucho éxito vender la política comercial proteccionista a las empresas. Algunas intervenciones televisivas poco afortunadas han hecho que el presidente pierda un poco de confianza en él. También es multimillonario: se gastó 25 millones en comprarse una mansión en Washington, la compra más cara en la historia de la ciudad.
Stephen Miran
Stephen Miran, presidente del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca, fue estratega de la firma Hudson Bay Capital y como tal escribió una Guía del usuario para la reestructuración del sistema de comercio mundial que se ha convertido en lectura obligada. “Podemos estar en la antesala de un cambio generacional en los sistemas financieros y de comercio internacional”, decía. Entre sus tesis está que la fortaleza del dólar ha exacerbado el déficit comercial de Estados Unidos y degradado su base industrial y que los aranceles unilaterales y la guerra comercial pueden ser una forma de recomponer el sistema, incluso obligando a decenas de países a aumentar el valor de sus monedas. En la Casa Blanca, mantiene su discurso radical. El dólar debe seguir siendo la moneda de reserva y Estados Unidos garantizar la seguridad mundial, pero los demás países deben pagarle por su liderazgo, sea con aranceles, compra de armas, inversiones, otras concesiones o “simplemente, firmando cheques a favor del Tesoro”.
Kevin Hassett

El director del Consejo Económico Nacional, de 63 años, fue en el primer mandato de Trump presidente del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca. Sin experiencia en epidemiología, elaboró un modelo cúbico que pronosticaba una caída a cero de las muertes por la covid a los dos meses de la pandemia. Fue un rotundo fracaso. Es un defensor a ultranza de las bajadas de impuestos al que le ha tocado defender los aranceles salvajes de Trump, la mayor subida de impuestos decretada nunca por un presidente de Estados Unidos.
Jamieson Greer
El alto representante comercial de Estados Unidos es un abogado que fue jefe de gabinete de Robert Lighthizer, que ocupó su mismo puesto en el primer mandato de Trump. Es un técnico entregado al trumpismo, que se deshace en elogios con su jefe en las reuniones de gabinete y que tendrá un papel importante en las negociaciones, pero que ni pincha ni corta a la hora de la verdad, como se demostró el miércoles cuando quedó en fuera de juego con el viraje de Trump mientras comparecía en el Congreso.
