El pánico se ha esparcido por las redes sociales como una pandemia. Usuarios de X y TikTok han señalado una supuesta disaster por “una pandemia de VIH” en Colombia. Sin fuente verificable, hablaban de 10.000 o 500.000 casos nuevos en un país con 52 millones de habitantes, lo que los llevaba a afirmar que había una “nueva pandemia de VIH en Colombia”. Los miles de mensajes con la misma información produjeron un pánico colectivo injustificado que llevó a que “VIH” fuera tendencia en X en Colombia por varios días. Los datos falsos se empezaron replicar en cuentas de México, Honduras, Venezuela o Argentina. En ninguno de estos países hay una fuente oficial que respalde las afirmaciones. Se trata de otro bulo transnacional.
Después de un rastreo breve por web se identifica que el bulo reapareció este 2025, justo luego de que la semana pasada Winnie Byanyima, directora ejecutiva de ONU-SIDA hiciera varias alertas sobre las implicaciones que traería la desfinanciación de Trump de los programas para combatir el VIH y SIDA en el mundo. En un comunicado, Byanyima detalla que estos recortes económicos podrían alejar al mundo de superar el VIH como un riesgo de salud pública. Actualmente, los resultados de todos los programas para combatir este virus han tenido resultados positivos: los decesos por este virus cayeron de 670.000 en 2022 a 630.000 casos en 2023.
Coyunturas de ese tipo parecen revivir esa falsa noticia cada año. En X se pueden encontrar trinos con la misma alarma de una pandemia por VIH que datan del año 2020. Miguel Ángel López, creador de la oenegé Más Que Tres Letras lo explica: “Se repite cuando salen los reportes de los nuevos diagnósticos. La gente no entiende que cada año se hacen públicas las cifras. Además, demuestra que la serofobia sigue siendo latente. La respuesta no debería ser que la gente no tenga sexo, sino que haya acceso a la prevención y a los numerosos tratamientos que existen”.
La ignorancia sobre el VIH y el SIDA alimentan el pánico. Los activistas seropositivos han reiterado que se debe tener presente que ser portador no es una condena de muerte, como lo sugieren muchos internautas. En Colombia, por ejemplo, ya es un derecho acceder a tratamientos médicos preventivos como la profilaxis prexposición o PrEP, que desde hace cuatro años debe ser entregado de manera obligatoria por las EPS en caso de solicitar. Adicional a ello, hace alrededor de un mes la Administración de Gustavo Petro reivindicó la adquisición de 30.000 tabletas de dolutegravir, esencial en la terapia antirretroviral, el tratamiento médico en el que al paciente se le suministra una serie de medicamentos que impiden que el virus del VIH se replique en el organismo. Al ser declarado de interés público en junio del año pasado se abrió en el país la posibilidad de conseguir una alternativa genérica a un precio asequible.
Para hacer frente a la tergiversación de los datos, algunos medios de comunicación y otros internautas contradicen muchos de los discursos homofóbicos que han surgido con el bulo, donde se culpa de la supuesta pandemia a la población homosexual. Aun así, los números reales evidencian que el panorama es mucho más complejo. Según la Cuenta de Alto Costo —organización que monitorea el riesgo de que el sistema de salud deba afrontar enfermedades crónicas y costosas— en 2024 se diagnosticaron con VIH a 2.500 mujeres. Pero, a causa de la desinformación y la homofobia que rondan la discusión sobre el virus, ellas han quedado relegadas de un debate que es, ante todo, una cuestión de salud pública. “Aprovechemos esta coyuntura para reconocernos como iguales frente a este virus. Las herramientas para prevenirlo no son la discriminación ni el prejuicio”, añade López.