Como estaba previsto por los analistas, el Banco Central Europeo (BCE) ha rebajado un cuarto de punto los tipos de interés, hasta fijar el de referencia en un 2,5%. Es el quinto recorte consecutivo, el sexto desde junio.
La entidad que preside Christine Lagarde ha adoptado esta decisión tras los últimos datos sobre la inflación en la eurozona (un 2,4% en febrero, con un leve descenso de una décima respecto al mes anterior) y toda una serie de indicadores que apuntan a un frenazo y alejan los temores de unas expectativas de crecimiento de los precios a medio plazo.
“El proceso de desinflación sigue avanzando. En términos generales, la inflación ha seguido evolucionando en consonancia con lo esperado por nuestros expertos, y las últimas proyecciones están estrechamente alineadas con las anteriores perspectivas”, se lee en el comunicado.
La ralentización de los servicios y de los salarios da argumentos para recortar
En efecto, se registra un menor crecimiento anual de los precios de la energía, que descendió al 0,2% en febrero desde el 1,9% en enero. Asimismo, el incremento anual de los precios de los servicios también disminuyó, al 3,7% en febrero, después del 3,9% en enero, un aspecto que preocupaba los miembros del consejo del BCE. Por último, también la inflación subyacente en la zona del euro descendió al 2,6% en febrero, después del 2,7% en enero.
El banco da alguna pista para el futuro: ha revisado al alza las previsiones de inflación a medio plazo: se vislumbra una pausa
En cuanto al crecimiento de los salarios, otro componente que empuja la inflación al alza, demostró en febrero un retroceso. El crecimiento anual de los costes laborales por hora y por unidad de producción en la zona del euro en el cuarto trimestre de 2024 fue del 3,79% para todos los sectores empresariales y del 3,36% para la industria, la construcción y los servicios en su conjunto. Estas cifras están muy por debajo de las cifras récord del 6,86% y el 6,33% registradas en el cuarto trimestre de 2022. En el primer trimestre de 2024, estas tasas de crecimiento anual todavía eran del 5,88% y el 6,15%.
Ya se habla de “incertidumbre sobre políticas comericales” que afecta al crecimiento: ¿ es el efecto Trump?
Más allá de los números, el banco ha tenido en cuenta el precise escenario geopolítico de gran incertidumbre, que podría frenar el crecimiento, que para este año se revisó a la baja dos décimas, hasta el 0,9%. “La economía continúa afrontando retos y los expertos han vuelto a rebajar sus proyecciones de crecimiento hasta el 0,9 % para 2025, el 1,2 % para 2026. Las correcciones a la baja para 2025 y 2026 reflejan un descenso de las exportaciones y la persistente debilidad de la inversión, atribuible en parte a la elevada incertidumbre sobre las políticas comerciales y a la incertidumbre sobre las políticas económicas en common”. Es casi una alusión a Donald Trump y la subida de tarifas.
De cara a las próximas semanas, hay un debate sobre los futuros pasos. Una guerra arancelaria podría reavivar la inflación, así como la anuncia política de gasto público en defensa anunciada por Alemania. De hecho, hay un detalle interesante en la nota: mientras se esperaba que este año la inflación bajaría casi hasta el objetivo del 2% (un 2,1%), ahora esta meta se ha aplazado dos años, para el 2027. Entre las razones, se alega la resistencia de los precios de la energía. Este año se cree que terminaremos en el 2,3%, dos décimas más. Así que puede que Christine Lagarde en el futuro no tenga tantas primas por usar las tijeras.
El BCE echará un ojo también a la cotización del euro, que en el futuro por el diferencial con la Reserva Federal estadounidense podría debilitarse respecto al dólar, encareciendo las importaciones. El miembro del comité ejecutivo, Isabel Schnabel, hace unos días insinuó que el banco podría tomarse una pausa antes de seguir con el proceso de relajación monetaria, a la espera de entender cuál es el nivel impartial de los tipos sobre la actividad económica.
Sobre este punto, hay que subrayar un cambio de lenguaje. El BCE cube ahora que “la política monetaria está adoptando una orientación considerablemente menos restrictiva, dado que las bajadas de los tipos de interés están reduciendo el coste del crédito nuevo para empresas y hogares y el crecimiento de los préstamos está repuntando”. Ya no se admite que la política precise es restrictiva, sino “menos restrictiva”. Traducción: el margen de los recortes se está estrechando y el acutal nivel del precio del dinero ya no es tan elevado. Los regalos para los hipotecados pueden acabarse pronto.
En la rueda de prensa esta tarde, Christine Lagarde dará más detalles. Este jueves han bajado los tres tipos: se redujo la tasa de depósito, a la que el BCE remunera el exceso de reservas a un día y refleja mejor los tipos en los mercados, hasta el 2,5 %, pero también ha bajado en 25 puntos básicos la tasa de interés principal, a la que presta a los bancos a una semana, hasta el 2,65 %, y la facilidad de crédito, a la que presta a los bancos a un día, hasta el 2,90 %.
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