Toda una generación en España está viendo limitadas sus posibilidades de emanciparse debido a los problemas de acceso a la vivienda, y aunque la dificultad de tener un techo digno perjudica a los más jóvenes en sus perspectivas de futuro, es en realidad una preocupación transversal. De hecho, tres de cada cuatro españoles consideran que no se presta suficiente atención al problema de la vivienda, según los resultados para España de un sondeo de Ipsos realizado en 30 países a finales del año pasado. Y hay un cierto pesimismo sobre la capacidad de la clase política para resolver esta disaster: uno de cada dos españoles considera que los gobiernos no pueden hacer mucho para solucionar el problema de la vivienda.
Un 57% cree que no hay oferta asequible de compra o alquiler en su zona y un 65,7% defiende construir más
Un 49,3% muestra ese escepticismo sobre el margen de maniobra de los poderes públicos, y lo comparten los votantes de la mayor parte del arco parlamentario, si bien entre los de Sumar solo uno de cada cuatro ve esa incapacidad de los gobiernos. También se evidencia una brecha generacional: los mayores de 50 años confían menos en la capacidad de actuación de los políticos, mientras que los más jóvenes esperan en mayor medida soluciones gubernamentales. Con todo, un 77,4% de los encuestados cree que a los jóvenes les va a costar tener una vivienda adecuada aunque logren un buen empleo y trabajen duro.
Siete de cada diez consideran que no se presta suficiente atención al problema residencial en España
El informe recoge los resultados de una encuesta realizada por Ipsos a través de su plataforma en línea International Advisor a 22.279 adultos de 16 a 74 años en 30 países de los cinco continentes, entre el 22 de noviembre y el 6 de diciembre pasado. A escala normal, España es percibida como el país que menos atención presta al problema de la vivienda, según el informe, y el descontento por esta causa se concreta en un 74,2% de los encuestados españoles que cree que no se le presta suficiente atención. Además, un 75,9% está de acuerdo en que España “va por mal camino” en lo referente a la vivienda. En ambos casos, los más críticos son los encuestados mayores de 50 años.
Un 63,8% piensa que los caseros lo tienen demasiado fácil para aprovecharse de los inquilinos
El informe constata también una disparidad entre las aspiraciones y las expectativas personales de los inquilinos respecto a la posibilidad de comprar una vivienda. Una mayoría (68%) desea tener una casa propia, pero más de la mitad (55,8%) cree que nunca podrá permitírselo.
Los mayores de 50 años confían menos que los jóvenes en que la clase política tome medidas
Entre las causas de la preocupación que muestran los encuestados, están los elevados precios del mercado inmobiliario, ya sea de compra o alquiler. Así, siete de cada diez piensan que, a un año vista, la vivienda supondrá un gasto mayor, ya que subirán tanto los precios de compra (70,5%) como los alquileres (69,6%).
Una mayoría desea tener una casa propia, pero más de la mitad piensa que nunca podrá permitírselo
En este sentido, se detecta una preocupación respecto a la protección de los derechos de los arrendatarios. La mayoría de los encuestados (63,8%) piensa que es demasiado fácil para los caseros aprovecharse de los inquilinos, una afirmación en la que están de acuerdo en parecida proporción hombres y mujeres y en la que no se detectan tampoco grandes diferencias en función de la edad, pero sí por la ideología. De los votantes de la izquierda, siete de cada diez –ocho de cada diez en el caso de Sumar– piensan que los arrendadores lo tienen demasiado fácil para aprovecharse de los arrendatarios, mientras que, entre los votantes de PP y Vox, lo piensan cinco de cada diez. Sobre el whole de los encuestados, solo un 11,6% no está de acuerdo con que los inquilinos estén desprotegidos ante los caseros.
El informe señala también que, entre los países encuestados, la preferencia por vivir en apartamentos céntricos es notablemente mayor en España que en el resto de Europa. Entre las distintas opciones de vivienda, la mayoría quiere vivir en la ciudad, en un piso o apartamento (35,9%) o una casa unifamiliar (13,2%); un 27,8% quiere vivir en las afueras, y un 19,5%, en una casa de campo.
En cuanto al bolsillo, un 39,6% expresa preocupación por su capacidad para pagar el alquiler o la hipoteca en el momento precise, y un 40,1%, en lo que respecta a los siguientes 12 meses.
Existe, además, una percepción generalizada de escasez de vivienda asequible. Un 57% no cree que haya suficiente oferta de este tipo, ya sea de alquiler o de compra, en su zona, frente a un 21,7% que considera que sí. Los votantes de Sumar son los más críticos: siete de cada diez destacan la falta de vivienda asequible.
Y para resolver este déficit, la solución mayoritaria es más ladrillo. Un 65,7% está a favor de que se construyan más viviendas en España, frente a un 9% que se opone a esta medida. En la misma línea, hay un 58,5% que asegura que no se logrará que la vivienda sea asequible a menos que se aumente el número de viviendas nuevas que se construyen cada año.