El hijo del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump Jr., ha aterrizado con el avión de su padre en el territorio autónomo danés de Groenlandia, dos semanas después de que Trump sugiriera que quiere comprar la isla. La agencia de noticias Reuters, citando una fuente acquainted con su viaje, asegura que el motivo de la visita es grabar contenido para un podcast. El gobierno de Dinamarca, del que depende el territorio autónomo, ha declinado hacer comentarios por lo que considera una “visita privada”, pero su primera ministra, Mette Frederiksen, ha insistido en que la isla “no está en venta, ni lo estará en el futuro”.
Lee también
El viaje fue anunciado ayer por Trump a través de las redes sociales: “Estoy oyendo que la gente de Groenlandia es MAGA (Make America Nice Once more). Mi hijo, Don Jr., y varios representantes, viajarán allí para visitar algunas de las zonas y vistas más magníficas”, dijo en su plataforma, Fact Social. “Groenlandia es un lugar increíble, y la gente se beneficiará enormemente cuando se convierta en parte de nuestra nación. La protegeremos y la apreciaremos frente a un mundo exterior muy despiadado. Devolvamos la Grandeza a Groenlandia!” Hoy, tras la llegada de su hijo a la isla, ha dicho que “la recepción ha sido estupenda” y que “este es un trato que debe suceder”.
Groenlandia, la isla más grande del mundo, se encuentra entre los océanos Atlántico y Ártico. Está cubierta en un 80% por una capa de hielo y alberga una gran base militar estadounidense. En la actualidad, tiene unos 57.000 habitantes y destaca por su riqueza en petróleo, fuel pure y recursos minerales. Desde 1814, es un territorio perteneciente a Dinamarca, que le otorgó la autonomía en 1979 y esta se convirtió en casi absoluta en el 2008, cuando el gobierno danés transfirió la mayor parte de las competencias al gobierno native.
Donald Trump, presidente electo de EE.UU.
“Por motivos de Seguridad Nacional y libertad en el mundo, la propiedad de Groenlandia es una absoluta necesidad”
El presidente electo estadounidense, que tanteó su compra en su primer mandato, ya expresó el 23 de diciembre su intención de que Groenlandia, así como Canadá y el canal de Panamá, caigan bajo el management de Estados Unidos, aunque sin especificar cómo pretende hacerlo. En otra publicación en Fact Social, aseguró entonces que “la propiedad y el management de Groenlandia es una absoluta necesidad” de Estados Unidos “por motivos de Seguridad Nacional y libertad alrededor del mundo”. Varios congresistas republicanos han expresado su escepticismo con respecto a estos ambiciosos planes del magnate, que tomará posesión en apenas dos semanas.
En el mismo mensaje, con un carácter expansionista que no expresó durante la campaña electoral, dijo que Canadá debería convertirse en el “51º Estado” de EE.UU. y se refirió a su primer ministro como “Gobernador Justin Trudeau”. Ayer, después del anuncio de su dimisión, insistió en esa thought: “A mucha gente en Canadá le encanta ser el Estado número 51. Estados Unidos ya no puede sufrir los enormes déficits comerciales y subvenciones que Canadá necesita para mantenerse a flote. Justin Trudeau lo sabía y dimitió. Si Canadá se fusionara con Estados Unidos, no habría aranceles, los impuestos bajarían muchísimo, y estarían totalmente a salvo de la amenaza de los barcos rusos y chinos que los rodean constantemente”.
En cuanto al canal de Panamá, cuyo management cedió EE.UU. durante la presidencia de Jimmy Carter con los tratado Torrijos-Carter en 1977, Trump dijo que el país debe retomarlo debido al “alto coste” que considera que el país impone a los barcos estadounidenses. Su ambición también pretende evitar que el paso caiga en las “manos equivocadas”, es decir, bajo el management chino, que ha ganado en la última década influencia económica en la región.
Lee también