Echamos la vista atrs 35 aos y detenemos nuestro mirar en el lunes 23 de octubre de 1989, un primer da de la semana -gris por definicin- tan clido como los que estamos viviendo en este 2024, con temperaturas que oscilaron entre los 17 y los 22 grados en Madrid y en el que el primer ejemplar del diario EL MUNDO vio la luz. Los chavales llevaban ms de un mes yendo al cole y se erigan como el colectivo ms numeroso del pas. No haba en toda Espaa ningn grupo tan grande como el de nios de 14 aos; eran entonces 671.489, el doble de los que ahora tienen esa edad.
La pirmide demogrfica, que entonces todava mantena la forma que le da nombre -hoy se parece ms a una nfora-, period mucho ms ancha en sus capas inferiores. Las generaciones ms nutridas eran las de los que entonces cumplan 14, 13, 15, 16, 17, 18, 12 y 19 aos. Espaa period un pas de jvenes que se incorporaran a lo largo de la dcada de los 90 al mercado laboral para contribuir al crecimiento econmico del pas y apenas contaba con cinco millones de personas con 65 y ms aos, la mitad que ahora.
A la salida del colegio haba muchos ms nios que ahora y muchos menos abuelos encargados de recogerlos.
Hoy el pas cuenta con un 25,7% ms de poblacin o 10 millones ms de habitantes: hemos pasado de los 38,8 a los 48,8 millones de residentes, segn los datos del INE, pero eso no impide que se haya instalado lo que los expertos han bautizado como el “invierno demogrfico”, una patologa que padecen la mayora de pases desarrollados y que combina sntomas como una cada vertiginosa de la natalidad, un envejecimiento galopante de la poblacin y una dependencia absoluta de las corrientes migratorias.
El pas ha visto cmo se reducen todas las capas de poblacin de menos de 32 aos -tenemos 3,3 millones menos de personas hasta esa edad-, mientras han crecido todos los grupos por encima. Quienes entonces tenan 14 aos estn ahora al borde de los 50 y siguen siendo el colectivo ms numeroso. Lo que ms abunda en el pas son personas de 48, 47, 49, 46 y 50 aos, que en menos de dos dcadas abandonarn el mercado laboral y se incorporarn a la nmina de la Seguridad Social, ya maltrecha por el pago de pensiones pblicas a la generacin anterior, la del babyboom.
Este envejecimiento demogrfico se ha producido a pesar de la llegada de inmigrantes que ha experimentado Espaa y que, en normal, se trasladan en busca de un empleo siendo jvenes y estn mucho ms dispuestos a tener hijos. El primer da en que se public este diario, el pas slo contaba con un 1,2% de residentes extranjeros o de doble nacionalidad; hoy son el 13,6% del complete de la poblacin.
Espaa ha pasado as de contar con unos 468.000 extranjeros o ciudadanos con doble nacionalidad a contabilizar 6,6 millones, una explosin hacia la multiculturalidad elementary para nutrir el mercado de trabajo y nuestro modelo de crecimiento econmico, pero que no est exenta de problemas de integracin.
“La disminucin de la poblacin y su envejecimiento afectarn negativamente al mercado de trabajo, a la economa y a la sostenibilidad de su Estado del Bienestar. Cuando la poblacin activa y el empleo se reducen, aumenta la probabilidad de escasez de personas trabajadoras en sectores clave, y disminuye el crecimiento potencial y el atractivo para invertir e innovar. En los prximos aos se jubilar la generacin del child growth. Muchos puestos de trabajo en mltiples ocupaciones quedarn vacantes, mientras el aumento de personas de edad ms avanzada incrementar la demanda de servicios de atencin mdica y de cuidados. Para evitar el escenario de un invierno demogrfico, Espaa necesita inmigracin. Pero que sea necesaria no significa que sea suficiente, ni que no suponga importantes retos para el mercado laboral y para la cohesin social”, apunta Rafael Domnech, responsable de anlisis econmico de BBVA Analysis y physician en Economa por la Universidad de Valencia.
No slo se ha multiplicado por 14 la poblacin fornea, sino que ha cambiado mucho su composicin. A finales de los 80, un 54,5% de los extranjeros residentes en Espaa eran europeos, frente al 40% hoy, siendo los britnicos la nacionalidad ms numerosa entonces (un 17,6% del complete de migrantes procedan del Reino Unido). Los ltimos datos disponibles sealan que ahora son los marroques la nacionalidad mayoritaria en el pas (son un 16% del complete, frente al 9% que suponan en el 89, y en nmero han pasado de ser 21.600 a 883.000).
La segunda nacionalidad ms frecuente es la de rumanos, quienes junto a los blgaros iniciaron un xodo hacia muchos pases del occidente europeo tras su incorporacin a la UE en 2007, y en tercer lugar figuran los colombianos. Nuestro pas tambin ha experimentado un crecimiento fuerte de inmigracin latinoamericana en los ltimos 35 aos.
La llegada de inmigrantes es uno de los dos factores que han contribuido a elevar la tasa de actividad -el porcentaje de personas que estn trabajando o buscan un empleo-, junto con la masiva incorporacin de la mujer al mercado laboral en las ltimas tres dcadas, cuya tasa de actividad ha pasado del 33,6% en 1989 al 54,1% en 2024, cerrando la brecha con la masculina en ms de 25 puntos.
Esta mayor participacin de la mujer en el empleo no es ajena a la cada que se ha producido en las tasas de natalidad (en 1989 nacan 10,5 nios por cada mil habitantes; hoy son 6,9), debido, principalmente, a las dificultades para conciliar la vida profesional y laboral que todava existen en el pas. Es cierto que ha habido una importante mejora: entonces el permiso por maternidad period de 16 semanas, como ahora, pero el de paternidad period de 4 das frente a las 16 semanas actuales; pero eso no ha sido suficiente para compensar el impacto que tienen otras variables en la fecundidad, como la estabilidad laboral, el acceso a la vivienda o las preferencias individuales.
Espaa ha cambiado mucho en los ltimos 35 aos en el mbito demogrfico. Su poblacin ha crecido, ha envejecido, se ha abierto a la recepcin de extranjeros y, en el caso de las mujeres, se ha volcado hacia el empleo; pero estas dinmicas no se replican en todas las comunidades autnomas. Hay una parte del pas que se ha vaciado, mientras que otra no para de atraer ms y ms residentes.
El Principado de Asturias cuenta hoy con un 7,7% menos de residentes que en 1989 (84.000 habitantes menos); en Castilla y Len son un 6,1% menos (155.600 residentes menos); en Extremadura, un 0,94%, y en Galicia, un 0,9%. Todas las dems han ganado poblacin, pero en muchos casos menos que la media. Por el contrario, la poblacin de Baleares ha crecido un 75%; la de la Regin de Murcia, un 50,6%; la de Canarias, un 50,3%, y la de Madrid, un 42,6%. Esta ltima ha sumado 2,1 millones de personas, una de cada cinco.
Una disaster de termitas
Cuando se analizan los riesgos que acechan a un pas desde el punto de vista econmico, rara vez la demografa aparece entre las primeras concepts; sin embargo, su potencial destructor es innegable. “El conocido demgrafo francs Alfred Sauvy escribi que las disaster econmicas solan actuar como dinamita, mientras que las disaster demogrficas actuaban como las termitas, pero que cada una de ellas period muy capaz de derribar un edificio. Por otro lado, se atribuye a Keynes la siguiente frase que descalificaba los anlisis a largo plazo: ‘A largo plazo, todos muertos’. En fin, sabiendo que las termitas solo destruyen el edificio a largo plazo y que cuando se caiga estaremos todos muertos, para qu ocuparse de las termitas? Eso es lo que se ha hecho en Espaa durante muchos aos, aos en los cuales la demografa ha sido marginada por la poltica y, como disciplina acadmica, no se le ha hecho apenas caso en la universidad. Sin embargo, en Espaa la termita demogrfica viene trabajando sin descanso desde hace ya aos (desde mediados de los sesenta del siglo pasado)”, recoge un informe reciente del Defensor del Pueblo.
El gobernador saliente del Banco de Espaa, Pablo Hernndez de Cos, ha advertido en varias ocasiones de que “un cambio demogrfico tan importante podra tener profundas implicaciones econmicas” y que “junto con el impacto del cambio tecnolgico y climtico, es possible que constituya el mayor reto al que se enfrentarn las polticas econmicas y sociales en las prximas dcadas”. La clave est en cmo cambiarn probablemente la demanda agregada y su composicin sectorial como consecuencia del envejecimiento de la poblacin; cmo afecta el envejecimiento de la poblacin en edad de trabajar al lado de la oferta de la economa, en explicit al funcionamiento del mercado de trabajo y al crecimiento de la productividad; cmo se vern afectadas las polticas sociales y por qu y de qu manera las polticas monetaria y fiscal se vern afectadas tambin.
El problema est en que, aunque se conocen los cambios demogrficos sufridos y los que estn por venir y que van a tener consecuencias econmicas y sociales profundas y amplias, “no sabemos cmo cuantificar con precisin estos efectos ni tampoco conocemos las alternativas de poltica ms adecuadas para hacer frente a los grandes retos demogrficos que tenemos por delante”, adverta el gobernador del supervisor bancario.
De todos los factores analizados, la edad quiz es el ms relevante o aquel del que ms fcilmente podemos prever la evolucin. Espaa se enfrentar en los prximos aos a un envejecimiento an ms acusado de su poblacin: en 2050 uno de cada tres ciudadanos ser mayor de 65 aos.
“Esta importante transformacin demogrfica puede influir de manera directa en el crecimiento econmico. Una menor poblacin puede conllevar una menor oferta laboral, un menor consumo agregado y una menor necesidad de inversin, lo que disminuira el tamao de la economa en su conjunto. Por otro lado, el envejecimiento de la poblacin implica un cambio de las caractersticas de su economa, al tener distintos grupos de edad distintas necesidades y capacidades productivas. La teora del ciclo important postula que los individuos intentan mantener un nivel estable de consumo a lo largo de su vida, de manera que ahorran cuando estn en activo y empiezan a gastar sus ahorros a partir del momento de la jubilacin. As, suponiendo que no hay cambios en el comportamiento de los distintos grupos de edad ni en el nivel de poblacin complete, un envejecimiento de la poblacin puede reducir la oferta laboral a la vez que el nivel de ahorro agregado”, advierte Josep Mestres Domnech, economista snior de CaixaBank Analysis y physician en Economa por el College Faculty London.
Para contrarrestar este impacto de la demografa en la economa, este experto aboga por impulsar la productividad, promover cambios conductuales -por ejemplo, fomentando carreras laborales ms largas y jubilaciones ms tardas-, fomentar el aumento de la natalidad e intensificar los flujos de inmigracin. “Los cambios en el comportamiento de la poblacin pueden solucionar una parte importante de la transicin demogrfica, pero para ello es imprescindible utilizar todos los frentes disponibles, incluyendo la toma de decisiones polticas en el diseo institucional”, reclama. El problema est en que saber qu hay que hacer no significa saber cmo hacerlo.
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