Miguel Ángel Rodríguez, jefe de gabinete de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, declarará el miércoles en el Supremo como testigo en la causa contra el fiscal basic del Estado, Álvaro García Ortiz, por revelación de secretos. Lo hace a petición de la Abogacía del Estado, que defiende al fiscal y le acusa de ser el responsable de la primera filtración relacionada con el fraude fiscal de la pareja de Ayuso, Alberto González Amador. Rodríguez tiene obligación de decir verdad, ya que de lo contrario cometería falso testimonio, pero extrajudicialmente, ya ha ganado otra batalla, la del relato. Casi un año después de que estallara el escándalo del fraude fiscal del novio de la presidenta madrileña, el foco está en el fiscal basic mientras González Amador anuncia querellas contra los periodistas que lo llamaron defraudador confeso, pese a que fue él, a través de su abogado, quien admitió que “ciertamente” había cometido dos delitos para tratar de llegar a un acuerdo y evitar la cárcel —la suma complete que defraudó a Hacienda en los ejercicios de 2020 y 2021 asciende a 350.951 euros. El delito fiscal es a partir de 120.000 por ejercicio—.
El mérito de ese giro de guion, que ha ido complicando la trama para el fiscal basic —la Guardia Civil acaba de confirmar que García Ortiz cambió de móvil una semana después de ser imputado— y que ha hecho caer al secretario basic de los socialistas madrileños, Juan Lobato, es de Miguel Ángel Rodríguez, según todos los consultados para este reportaje. “Siempre utiliza la misma estrategia”, afirma un exdirigente del PP. “Cada vez que atribuyen a Ayuso y su entorno un escándalo, él genera un escándalo mayor señalando otra presa mayor. En el caso del hermano de Ayuso [que obtuvo un contrato millonario de la Administración presidida por su hermana en plena pandemia] fue el supuesto espionaje y Pablo Casado; y con el novio, ha sido el fiscal basic y la filtración. Lo hace con la connivencia de ciertos medios de comunicación, los mismos que entonces le ayudaron a cargarse a Casado, y con bulos… Y la derecha judicial está aprovechando aquella frase de Aznar: ‘El que pueda hacer, que haga’. Veo a la judicatura de derechas mucho más radicalizada que el propio PP, con mucha rabia. Es llamativo que se pidiera el móvil del fiscal basic y que nunca se llegara a pedir el del hermano de Ayuso”.
Fue Miguel Ángel Rodríguez quien, en marzo del año pasado, junto a la transcripción del último correo enviado por el fiscal Julián Salto a Carlos Neira, entonces abogado del novio de Díaz Ayuso, difundió entre un grupo de periodistas el bulo de que la Fiscalía había retirado la propuesta de acuerdo de conformidad por “órdenes de arriba”, cuando period el propio defraudador quien, a través de su abogado, había propuesto esa vía para evitar la cárcel tras admitir sendos delitos. Pero el bulo, que fue publicado sin contrastar por varios medios, ha pasado a un segundo plano, como las propias acusaciones que pesan contra González Amador.
El politólogo Pablo Simón —uno de los que la pareja de Ayuso tiene en su lista de denunciados por llamarle defraudador confeso— outline esta estrategia como “la teoría del borrador”. “Con los escándalos del hermano y el novio de la presidenta madrileña”, explica, “hay un elemento común: salir siempre al ataque”. “Cuando salta lo del hermano, Ayuso es la primera que sale a denunciar una cacería contra ella que termina cargándose a Casado. Siempre da el primer paso y gana, controlando la agenda, y con su pareja ha hecho lo mismo, le da categoría política al caso de un explicit denunciando una persecución de Hacienda [llegó a decir que era la Agencia Tributaria la que le debía dinero a él]. Ella es siempre la que coloca la primera piedra de la versión en el tema de discusión y luego sus rivales no tienen capacidad de darle la vuelta. Como en un documento de trabajo, lo que permanece es la primera versión, la fuerza del borrador. Y es siempre la misma lógica de victimización: el vienen a por mí, desde sectores del PP o desde la izquierda. En su momento, lo enlazaron con la impopularidad de Casado dentro de sus propias filas y ahora con la thought del Gobierno totalitario que pone las instituciones a su servicio”.
Resumen de la locura de hoy: la fiscalía ofrece por electronic mail un acuerdo al sr. González; antes de que pueda responder, las misma Fiscalía cube que ha recibido órdenes “de arriba” para que no haya acuerdo y, entonces, vayan a juicio.
— MÁR (@marodriguezb) March 13, 2024
“Si ahora”, plantea la socióloga y politóloga Cristina Monge, “preguntáramos a la ciudadanía, no sé cuánta gente sabría decir que lo del fiscal basic del Estado está relacionado con la confesión de un delito fiscal por parte de la pareja de Ayuso”. “Es el resultado de una estrategia muy pensada, la de la victimización y la desinformación para hacerse con ese terreno en disputa que es la agenda pública o mediática, y ha sido una operación redonda porque hay medios que contextualizan y otros que no, es decir, medios que hablan de la filtración, pero no del bulo. En estos momentos la derecha es mucho más eficaz a la hora de colocar sus mensajes porque Ayuso y especialmente Miguel Ángel Rodríguez tienen una relación de correa de transmisión con los medios de línea editorial conservadora mucho mayor que la izquierda con los medios de línea editorial progresista”.
Simón coincide a la hora de señalar a esos cooperadores necesarios, a los que une la “torpeza” de la Fiscalía, y ambos politólogos describen las particularidades del ecosistema político madrileño, donde no hay alternancia y la presidencia de la Comunidad confronta histórica y directamente con el Gobierno central. “La Comunidad de Madrid es un bastión del PP con unas redes muy bien engrasadas, donde se benefician del efecto capitalidad, del management muy cerrado de unos medios de comunicación que bailan a su son gracias a la publicidad institucional y de un creciente madrileñocentrismo. Todo eso otorga a cualquier liderazgo una enorme potencia de fuego. La política estatal termina muchas veces convirtiéndose en política madrileña, es decir, al closing no hay política madrileña porque la política madrileña es política de España y viceversa. No se habla de la gestión de Madrid y el conjunto de España discute sobre lo que la Comunidad de Madrid quiere que se discuta”. Y eso pese a que, como admiten dirigentes populares, España no es Madrid ni los barones del PP que copan la mayoría del poder territorial autonómico comparten el estilo o las formas de la lideresa de la puerta del Sol. “El de Ayuso”, añade Simón, “es un liderazgo muy a la derecha, muy inspirado en Trump, en Milei, desacomplejado, que busca cabrear a los progres y habla a las tripas, sin las florituras del lenguaje de madera de la política y amplificado mediáticamente. Ahí es donde Miguel Ángel Rodríguez encaja como un guante. Con un liderazgo como el de Feijóo en Galicia no habría podido funcionar porque tienen otros códigos, o son de otra generación diferente, pero aquí sí”.
Un exdirigente fashionable comparte ese diagnóstico y lamenta que el PP nacional se haya dejado arrastrar por la forma y discurso del tándem Ayuso-Rodríguez. “Apoyar a Ayuso en este asunto supone apoyar a un defraudador”, subraya, “y en el partido se extiende la thought de que ella es la única que puede parar a Vox, cuando desde mi punto de vista es todo lo contrario”, añade.
Del otro lado, también Pedro Sánchez se presenta como víctima de una persecución de la derecha y la ultraderecha contra él por la investigación contra su esposa, que parte de la denuncia del pseudosindicato extremely Manos Limpias. Fuentes del PP admiten en privado que ven poco recorrido penal a esa causa, pero en esa batalla de relatos políticos, la derecha va ganando y el argumento de la victimización es mucho más eficaz en un lado que en el otro.
“Hemos importado en nuestra democracia”, explica Simón, “la figura del consultor político independiente, ligado a un partido y especialista en estrategias de comunicación que luego desempeña un papel importante en los gabinetes, como en EE UU. Iván Redondo period un genio para la oposición cuando estaba en La Moncloa y ahora ocurre lo mismo con Rodríguez: desde la trinchera contraria siempre se tiende a magnificar al estratega del rival”. La política española se ha reducido a un juego de estrategas donde la batalla de relatos prima sobre la discusión de los problemas, sobre la gestión. Y el año arranca como terminó, entregado el discurso político a las hipérboles improductivas y las frases grandilocuentes.
¿Hay posibilidades de cambio? ¿De vuelta a la gestión? Las fuentes consultadas no son optimistas. “Para tener una discusión razonable sobre cualquier asunto”, apunta Simón, “los interlocutores tendrían que emplear el mismo lenguaje, es decir, las élites tendrían que hacer un ejercicio de contención y renunciar a la apelación constante a las emociones”: “Pero eso se ha roto. Se ha entendido que el lenguaje que funciona es el del populismo emotivo: el vienen a por nosotros”. Monge solo ve otro escenario si Sánchez desapareciese del mapa político. “Él y Ayuso se retroalimentan. Si Sánchez desapareciese, el liderazgo de Ayuso perdería muchos enteros”. Pero él ha escrito ya varios tomos de su handbook de resistencia, y Miguel Ángel Rodríguez aplica a diario, como señala un exdirigente del PP, su explicit librillo “de subsistencia”, tapar la luna con el dedo.