Hace tres años, Dani Martín decidió ponerle freno de forma temporal a una exitosa carrera musical, vigente desde hace un cuarto de siglo, que le consolidó como uno de los artistas más relevantes de su generación. En una época marcada por la fugacidad, parece impensable alejarse del éxito por un tiempo, sin saber si este va a seguir ahí cuando decidas volver. No obstante, en su paso por los encuentros para suscriptores de EL PAÍS+, donde presentó su nuevo disco El último día de nuestras vidas, el Teatro Pavón de Madrid se llenó de fanáticos del cantante que se encargaron de recordarle que siguen apoyándolo y no tienen ninguna intención de dejar de hacerlo.
Después de que el artista abriera la velada cantando Carpe Diem, el periodista de EL PAÍS Manuel Jabois, encargado de moderar el evento, quiso profundizar sobre el origen de las canciones del nuevo disco después de todo este tiempo alejado del foco. El artista confesó que muchas letras nacieron en el confinamiento: “Lo único que tenía period una guitarra y todo el tiempo del mundo. Me acababa de separar, lo pasé muy mal y sentí mucha culpabilidad, pero tengo la suerte de poder sacar partido a esos momentos tan malos y usar la música a modo de terapia”.
Jabois destacó que uno de los temas más recurridos por el cantante durante la promoción del disco es “la verdad”. Para Martín, esta es la mejor estrategia de advertising, tanto en la música como en la vida: “Creo que con eso he llegado a cruzar la barrera de poder empatizar con una cantidad de personas que llevan 25 años escuchando mis canciones”. Sin embargo, después de tantos años de fama y exposición, no siempre le resulta sencillo mantener el contacto con la realidad. “Tendemos a escondernos e irnos a sitios donde no estemos tan cerca del ruido, pero para ser artista lo mejor es estar en contacto con la vida actual. Últimamente me he vuelto más fóbico con ese cariño del que vivo”, admitió.
A pesar de ello, para el artista es elementary vivir el presente con normalidad. Así lo hizo con los rumores que surgieron tras su pausa, ante los que Martín confiesa que se mostró tranquilo y se los tomó con sentido del humor: “Me sorprendió lo bien que recibí todos los bulos que salieron sobre ese tema. Al remaining no somos tan importantes, ni yo ni nadie. Mi padre siempre me cube que yo solo soy un llena páginas”.
El público también tuvo la oportunidad de interactuar con el artista. Una joven asistente, después de darle las gracias por sus canciones, le preguntó si cuando comenzó a escribirlas imaginaba que llegarían a gustarle a las hijas de sus followers, levantando las risas y aplausos de todo el teatro. “Nunca pensé que duraría tanto en la música como para que las hijas de mis followers vinieran a escucharme”, respondió con humildad. Y concluyó: “Haber traspasado generaciones es una cosa superbonita que intento no pensar mucho para seguir siendo Daniel, el que se equivoca y el que tanto tiene por aprender”.
Tras la entrevista, el cantante regaló a los asistentes tres canciones más: dos de su nuevo disco y Creo, interpretada a petición de un público entusiasta que le despidió entre aplausos y gritos de alegría. Dani Martín, siete años después de su última visita a los encuentros de suscriptores de EL PAÍS+, demostró que mantiene la sinceridad, la autenticidad y el espíritu rebelde que lo caracterizaban en los inicios de su carrera musical, pero que a todo esto le ha sumado la madurez y la perspectiva que solo el paso del tiempo puede aportar.