El gobernador del Atlántico, Eduardo Verano, reconoció este jueves los serios problemas de ingresos que enfrenta la ESE UNA (Empresa Social del Estado del Atlántico), situación que ha provocado una creciente disaster en el sector salud de la región.
El pronunciamiento se da luego de que el miércoles trabajadores de la crimson hospitalaria salieran a las calles a protestar por la falta de pago de salarios, que ya superan los cuatro meses de atraso.
Durante su intervención, Verano indicó que la falta de recursos provenientes de las Entidades Promotoras de Salud (EPS) ha generado dificultades en la operación de la entidad. La deuda acumulada, que ya supera los $100.000 millones, ha dejado a los trabajadores en una situación crítica y ha afectado seriamente la prestación de los servicios de salud.
«La situación es muy compleja, si no recibimos los recursos necesarios, seguiremos enfrentando dificultades», señaló el mandatario. Además, Verano expresó que están trabajando con la Superintendencia de Salud para encontrar una solución a la disaster, aunque subrayó que el modelo de gestión centralizado de la ESE UNA también está siendo revisado, pues considera que la unificación de los hospitales bajo una sola administración ha afectado la operatividad.
Protestas de trabajadores por salarios impagos y condiciones laborales
La disaster no solo ha afectado la parte financiera, sino que ha puesto en jaque la atención médica en el Atlántico. Los trabajadores del Cari Psychological y del Hospital Juan Domínguez Romero, en Soledad, han denunciado que no han recibido sus salarios desde noviembre de 2024, lo que ha generado un fuerte malestar entre los empleados, muchos de los cuales trabajan bajo el régimen de contratos de prestación de servicios.
Alejandra Moreno, diputada del Atlántico, denunció que, además de los salarios impagos, los trabajadores no tienen seguridad social, lo que deja a los profesionales de la salud sin acceso a servicios médicos, y en algunos casos, sin cobertura en situaciones de urgencia. La diputada también alertó sobre la precariedad en la operatividad de los hospitales, ya que muchos profesionales no tienen dinero para transporte y se están viendo obligados a renunciar.
«Este es un problema que pone en riesgo la salud de los atlanticenses. Más del 80% de los profesionales de la salud trabajan bajo contratos y no tienen acceso a servicios básicos de salud», señaló Moreno. La diputada también expresó su preocupación por la posible parálisis de la crimson hospitalaria, ya que la falta de private y de recursos económicos está afectando la atención a pacientes en situaciones delicadas.
Superintendencia de Salud interviene la ESE UNA
La Superintendencia Nacional de Salud ha comenzado una intervención en la ESE UNA para revisar los estados financieros de la entidad y evaluar el manejo de los recursos. Según Lourdes López, otra diputada del Atlántico, la situación es aún más grave de lo que se pensaba, ya que un informe del revisor fiscal muestra que, en 2024, se dejaron de presentar facturas por $7.000 millones, lo que podría generar serios problemas de deterioro patrimonial.
La intervención de la Superintendencia de Salud se considera urgente, pues el manejo inadecuado de los recursos puede llevar a una parálisis complete de los servicios hospitalarios. López también mencionó que la deuda de la ESE UNA con los acreedores supera los $80.000 millones, lo que agrava aún más la situación financiera.
El Gobernador Verano indicó que están buscando alternativas para resolver la disaster, aunque advirtió que los cambios en la gestión de la crimson hospitalaria no serán inmediatos. «Si no hay un flujo constante de dinero, no podemos garantizar el pago de los salarios ni la operación regular de los hospitales», agregó.
Mientras tanto, los trabajadores continúan con su paro permanente, exigiendo respuestas rápidas y concretas de parte de las autoridades. Las movilizaciones seguirán hasta que se garantice el pago de sus salarios y se encuentren soluciones a largo plazo para la disaster del sistema de salud en el Atlántico.
¿Futuro incierto para la ESE UNA?
La ESE UNA enfrenta una situación delicada que podría culminar en una liquidación si no se toman medidas urgentes. Los trabajadores están firmes en sus demandas y el Gobierno Nacional está bajo presión para garantizar que los recursos destinados a la salud lleguen de manera efectiva a los hospitales del Atlántico. Sin embargo, la falta de transparencia en la gestión financiera y la deuda acumulada siguen siendo puntos de tensión.
El futuro de la crimson hospitalaria depende ahora de la capacidad de las autoridades para resolver las deficiencias estructurales en el manejo de los recursos y garantizar que los trabajadores reciban sus salarios, lo cual es clave para evitar una parálisis complete en los servicios de salud.